Sabido es que la relación entre ambos mandatarios no atraviesa por su mejor momento debido al apoyo del Barcelona al proyecto de la Superliga, un motivo más para temer un castigo. Las explicaciones han estado en la línea de lo que dijo en la rueda de prensa del lunes y en la sede de LaLiga, rechazando cualquier acusación de compra de partidos o manipulación de los árbitros.
Según diversas fuentes, Laporta estuvo primero en Londres con el famoso agente Pini Zahavi y desde allí viajó al aeropuerto de Brnik, según adelantó el diario esloveno Ekipa. El presidente azulgrana es consciente de la importancia de un acercamiento con la UEFA en un momento tan crucial para el club, con una peligrosa espada sobre su cabeza.
Decisión inminente
Algunos medios de comunicación han adelantado que la sanción de la UEFA es inminente y que el Barça estará un año fuera de competición europea. Laporta ha intentado parar el golpe e impedir daños mayores en un encuentro cordial en el que ha tendido la mano al presidente del fútbol europeo. Cualquier intento de diálogo es bueno pero difícilmente el viaje del máximo dirigente del Barça influirá en una decisión basada en los criterios objetivos que reflejen en su informe los inspectores encargados del caso. La suerte está echada.