El Real Madrid siempre está obligado al máximo en cada competición y necesita las mejores armas para ello. Se ha marchado Karim Benzema, una superestrella que ha marcado 105 goles en las últimas 3 temporadas y ha llegado Joselu, un buen goleador que ha anotado 42 goles en el mismo período. La baja de Mariano pasa al plano testimonial porque durante su etapa como madridista no pasó de ser un jugador espectral.
La diferencia a nivel goleador resulta abrumadora. Joselu marcará goles en el Madrid pero desde Valdebebas deslizan, tal vez como maniobra de distracción para no dar sensación de necesidad, que con él como único ariete les valdrá para toda la temporada. El planteamiento resulta iluso incluso pensando en un cambio de dibujo con Rodrygo y Vinicius jugando en punta.
La pérdida de Karim ha llegado acompañada por la de Asensio. El mallorquín, sin ser titular indiscutible, ha aportado 31 goles y 12 asistencias en el último trienio. Brahim, su sustituto, queda también lejos de esas cifras: 18 goles y 16 asistencias en los tres años que ha estado en Milán. Bellingham aportará también en ese sentido pero no es un goleador ni mucho menos.
Es de suponer que el discurso del Madrid va dirigido a no inflacionar el mercado pero Ancelotti y su cuerpo técnico saben que necesitan más gol para poder disputar todas las competiciones con garantías.
La llave maestra de todo la tiene Mbappé pero el Madrid también es consciente que no puede fiarse de los caprichos y vaivenes de un jugador que ya les engañó una vez y sigue jugando a varias bandas a día de hoy. Harry Kane continúa apareciendo en el horizonte como una alternativa de garantías y la camiseta con el dorsal número 9 está vacante. Por algo será.