Con permiso de lo que suceda en el Atlético-Betis que cerrará la jornada del domingo en LaLiga Santander, el mejor partido del fin de semana se disputó en el Estadio de la Ceramica, donde el Villarreal, en la lucha por entrar en la Champions League, se acabó llevando el gato al agua ante un rival directo para tal fin como es la Real Sociedad.
Como era de esperar entre dos equipos (y dos entrenadores) con tanto gusto por el juego vistoso, ninguno decepcionó desde un principio y los vascos comenzaron buscando posicionarse en el campo contrario con la posesión del balón, pero la primera gran ocasión llegó cuando Baena encontró la espalda de la defensa rival para combinar por alto con Morales, pero su zurdazo se fue demasiado cruzado.
La primera parte fue amarilla
Pese al susto, la Real siguió a lo suyo, que era presionar alto para robar lo antes posible y hacer llegar balones a Silva y a Kubo para que buscaran encender la mecha. El japonés lo intentó con un disparo lejano que iba pegado al palo, por lo que Reina se tuvo que estirar para atraparlo y el campeón del mundo luego volvió a frustrar el cabezazo de Sorloth tras un centro de Gorosabel.
Poco a poco, la gasolina vasca se fue agotando y, coincidiendo con la aparición en escena tanto de Chukwueze por la derecha como de Yéremi Pino por la izquierda, el cuadro groguet se fue animando al comprobar que no le costaba apenas esfuerzo llegar al área de Remiro.
Precisamente Pino estuvo a punto de culminar una bonita jugada al primer toque en la que Terrats combinó con Baena y este, con un genial taconazo, dejó solo al internacional español, que superó a Remiro, pero su golpeo se estrelló con el poste. Poco después, fue Chukwueze quien volvió loca a toda la defensa donostiarra con uno de sus habituales eslálones (y no sería el último de la tarde), pero al recortar hacia dentro en el área, llegó con la energía justa y su tiro le salió centrado.
La inercia del choque había dado un giro de 180 grados y ahora las llegadas con peligro de los hombres de Quique Setién se sucedían sin cesar, aunque les faltaba la precisión final como se volvió a demostrar justo antes del descanso, cuando Terrats picó un pase hacia Morales dentro del área, pero el Comandante prefirió optar por la potencia sin control y envió el balón a las nubes.
La segunda mitad era blanquiazul hasta que apareció Chukwueze
Con las pilas recargadas y la sensación de haberse salvado en los primeros 45 minutos, los txuri-urdin mostraron una cara bien distinta tras la reanudación.
Ya no eran ese equipo blandito que apenas pasaba del centro del campo y entraron en modo ataque total, lo que se tradujo en una lluvia de ocasiones, cada una más clara que la anterior. Una de Zubimendi de cabeza a centro de Brais, otra de Merino llegando en segunda línea para rematar ligeramente desviado a pase de Kubo, u otra del propio futbolista nipón, que se sacó de la chistera un precioso zurdazo con rosca que impactó con el larguero.
Los de San Sebastián estaban siendo mucho mejores, pero como el fútbol no va de merecimientos sino de hechos, Chukwueze se encargó de vestirse de superestrella para decidir el encuentro. El nigeriano recibió desde una posición centrada en línea de tres cuartos, regateó a tantos rivales como salieron a su paso y, cuando ya se disponía a encarar a Remiro, Zubimendi apareció para derribarle en un penalti que Gil Manzano no dudó ni un segundo en señalar.
Parejo no titubeó y puso el 1-0, lo que fue un palo tan grande para los pupilos de Imanol Alguacil que se vinieron abajo irremediablemente. Esto lo aprovechó a las mil maravillas Nicolás Jackson, que no quiso ser menos que su compañero y también africano Chukwueze para, con otra acción individual en la que hizo varios recortes hasta encontrar la posición del golpeo adecuada, chutar raso y pegado al palo para marcar el segundo, lo que celebró con tanta rabia que le costó la primera de sus tarjetas amarillas.
El senegalés era puro ímpetu, lo que fue positivo en el gol, pero negativo después porque, aunque solo llevaba media hora sobre el terreno de juego, una fea e innecesaria entrada sobre Zubimendi en el tiempo añadido provocó su expulsión, lo que tampoco sirvió para empañar demasiado un gran partido de fútbol.
Jugador Flashscore del partido: Chukwueze.
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