El plan a largo plazo de FSG es construir un proyecto global al estilo del Manchester City o Red Bull y busca socios adecuados para su expansión.
En el caso del Málaga, su principal objetivo es la participación del propietario mayoritario, el empresario qatarí Abdullah Al-Thani. Se hizo cargo del club en 2010, invirtió cientos de millones de euros y llevó al equipo a los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Pero al cabo de unos años, su inversión cesó. El Málaga descendió de la máxima categoría en 2018 y desde entonces ha estado luchando financieramente y en el campo. Actualmente están bajo administración financiera judicial. Una participación minoritaria del 49% en el club está en manos del grupo inmobiliario BlueBay.
El grupo propietario del Liverpool ya estuvo interesado en el Burdeos francés, pero finalmente se echó atrás.
Al parecer, Málaga también resulta atractiva para el grupo porque la ciudad está llamada a ser una de las sedes del Mundial de 2030 y existen planes para renovar el estadio de La Rosaleda. Además, el grupo estadounidense cree que Málaga tiene un considerable potencial de crecimiento, tanto deportivo como comercial.
Curiosamente, los qataríes de QSI tienen ambiciones similares: su proyecto ya incluye la portuguesa Braga. Una nueva adquisición les permitiría explotar mejor el potencial de su club estrella, el PSG, y fomentar los traspasos y el desarrollo de jugadores de talento.
Sin embargo, dada la situación actual, la mayor incógnita es quién presentará un proyecto más interesante a los actuales administradores del club y les convencerá para que vendan.