Mendizorroza fue testigo de dos equipos que, a falta de una jornada por disputarse, ya habían hecho los deberes. Los locales se jugaban el orgullo ante su gente, pero Osasuna tenía un suculento premio a la vista, nada más y nada menos que Europa.
Es cierto que no era tarea sencilla, debían vencer en Vitoria y esperar las buenas noticias desde el sur de Madrid. Getafe y Mallorca debían echar un cable a los rojillos, al menos uno de los dos.
Sivera y Herrera se adueñan del protagonismo
El Alavés quiso darle una alegría a los suyos y mostró predisposición por acercarse a la meta navarra. Sin embargo, no hubo demasiado acierto en el ataque albiazul y la zaga visitante no tuvo demasiados problemas para achicar agua.
Todo se revolucionó en el 11º minuto. Los transistores empezaron a emitir ese sonidito característico que solo significa una cosa: gol. Mayoral adelantó al Getafe y Osasuna estaba más cerca del objetivo. Sorprendentemente, ambos conjuntos se vinieron arriba.
La tuvo Budimir con un remate de cabeza esquinado a centro de Bryan Zaragoza ,que obligó a Sivera a emplearse a fondo para evitar el primero. Los de Vicente Moreno habían dado un paso adelante, pero un chutazo de Aleñá volvió a igualar la contienda a los puntos.

El empate del Celta un cuarto de hora después dejaba las cosas exactamente igual que al principio, pero ese conato desenfrenado de ocasiones se desvaneció a pesar de las ganas de Osasuna por desequilibrar el 0-0.
Parecía increíble que el resultado se mantuviese inmóvil, más aún después de la parada de Herrera a Protesoni y las ocasiones de Catena y Budimir. El del Alavés vio frustradas sus intenciones tras una gran palomita del extravagante guardameta osasunista y los visitantes rozaron la madera en dos remates certeros.
Sivera debió mirar con envidia las intervenciones de su homólogo y no dudó en imitarle. Rubén García le puso a prueba al borde del descanso con un centro chut y el de Jávea sacó una mano milagrosa para evitar el primero de Osasuna. El empate a cero al término de los primeros 45 minutos rozaba lo paranormal.
Sivera y Carlos Vicente privan a Osasuna de Europa
El partido siguió siendo muy entretenido y los protagonistas eran los mismos. Budimir iba a soñar por la noche con el meta del Alavés. En los minutos iniciales del segundo tramo volvió a detener un cabezazo escorado y fuerte para evitar el tanto número 22 del croata.
Era un ida y vuelta y le tocaba a los locales. Tenaglia, que fue el más listo de la clase, recogió un balón aéreo y puso su pierna delante de Juan Cruz para que este le derribase, penalti claro. Carlos Vicente engañó al portero lanzando raso a la derecha y abriendo la lata en un partido loco.
Los intentos no cesaron por ninguna de las dos partes, pero a Osasuna empezaron a entrarle las prisas.
El segundo tanto del Celta cayó a los aficionados vestidos de rojo en Mendizorroza como un jarro de agua fría. Con lo que quedaba por delante, la única posibilidad era empatar el partido y que el Rayo cayese en casa.
Vicente Moreno y los suyos las tuvieron de todos los colores. Balones parados, centros al área, segundas jugadas y disparos claros que se marchaban a las nubes o rebotaban contra el muro albiazul. Además, el Alavés mostró el colmillo afilado en algún que otro contragolpe.
Cuando menos ilusión había, Osasuna empató el encuentro. Todo estaba calmado, parecía que los navarros habían tirado la toalla, pero un balón largo acabó en la testa de Catena, que peinó y dejó solo a Raúl García de Haro. El ex del Betis hizo lo que parecía imposible, superar a Sivera y poner el empate en el luminoso.
El asedio fue total hasta el minuto 97, pero debajo de los palos había una pared prácticamente infranqueable que amargó la noche a los visitantes.

Jugador Flashscore del partido: Sivera (Alavés).