Samu Omorodion, de padres nigerianos, nació en Melilla hace 19 años. Se crio en Sevilla, donde jugó en el Nervión. Ni Sevilla ni Betis se fijaron en él y el Granada lo pescó para su juvenil en el verano de 2021. Ha ido quemando etapas a pasos agigantados y la pasada temporada logró 18 goles en 33 partidos con el filial en Segunda RFEF.
Su proyección fue tan brutal que el Granada no tardó en renovar su contrato hasta 2028 con una mejora sustancial de su salario. Su humildad queda reflejada en sus declaraciones cuando firmó la ampliación del acuerdo: “Mi madre sabe todo lo que hemos sufrido para llegar donde estoy, lo ha dado todo por mi hermana y por mí. Lo hago todo por ella. Quiero que deje de trabajar”, dijo Samu.
Samu es internacional con la selección española sub 19 (tiene doble nacionalidad) y renunció a sus vacaciones para hacer la pretemporada con el primer equipo tras la llamada de Paco López. El plan del club era que su integración total en Primera llegase la temporada que viene, pero su evolución ha adelantado los plazos y se ha abierto las puertas del conjunto de LaLiga de par en par.
En el Metropolitano, la torre de ébano (1,93m) jugó, peleó y marcó. Ya empieza a llamar la atención de los grandes. Igual que Lamine Yamal en el Barça, Samu ha llegado para quedarse.