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Reportaje Flashscore | LaLiga contra Europa: el modelo Tebas frente al caos millonario

Reportaje Flashscore | LaLiga contra Europa: el modelo Tebas frente al caos millonario
Reportaje Flashscore | LaLiga contra Europa: el modelo Tebas frente al caos millonarioOscar J Barroso/AFP7/Shutterstoc / Shutterstock Editorial / Profimedia
Mientras la Premier, la Serie A o la Ligue 1 siguen apostando por el músculo financiero de grandes inversores, LaLiga mantiene su férreo control económico. Javier Tebas ha impuesto un modelo único en Europa que limita el gasto, prioriza la sostenibilidad y choca de frente con la filosofía de muchas potencias del fútbol continental.

Desde hace años, LaLiga se ha desmarcado del resto de grandes competiciones europeas en su enfoque económico. Bajo el liderazgo de Javier Tebas, el campeonato español ha establecido reglas estrictas de control financiero que obligan a los clubes a cuadrar sus cuentas, limitar su masa salarial y ajustarse a presupuestos realistas. Esta política, defendida como un escudo contra el descontrol económico, ha provocado fricciones dentro y fuera de España, y ha convertido a LaLiga en un caso casi único en el fútbol de élite. ¿Es un modelo sostenible? ¿O una desventaja competitiva frente al resto de Europa?

El modelo Tebas: sostenibilidad financiera por encima del músculo económico

En un momento en el que la Premier League, la Serie A o la Ligue 1 parecen abrazar sin reparos el desembarco de grandes inversores, capital extranjero y fichajes millonarios, LaLiga ha optado por el camino contrario. Desde hace años, Javier Tebas ha levantado un sistema de control económico férreo y único en Europa, diseñado para garantizar la viabilidad financiera de los clubes, aunque eso suponga renunciar, en parte, al espectáculo inmediato y al músculo del mercado.

La idea central del modelo es sencilla: solo puedes gastar lo que generas. Y si quieres gastar más, debes demostrar primero cómo y cuándo vas a equilibrar tus cuentas. Para ello, LaLiga impone a los clubes límites salariales estrictos —el famoso Límite de Coste de Plantilla Deportiva (LCPD)— y aplica una supervisión preventiva: el control no llega cuando ya se ha cometido el exceso, sino antes de que se produzca. Si un club no cumple los requisitos, no puede inscribir a sus nuevos fichajes, por grandes que sean.

Este sistema ha sido reforzado en los últimos años. A partir de la temporada 2024/2025, por ejemplo, los clubes de Primera División estaban obligados a destinar al menos el 30 % de sus ingresos al coste de la plantilla deportiva. Es decir, se impide también el extremo contrario: contar con presupuestos millonarios y no invertirlos en lo deportivo. Además, se han introducido nuevas reglas para amortizar el coste de los traspasos y fomentar la protección del talento joven nacional.

Para Tebas, la clave está en el equilibrio: “Sin el control económico, LaLiga habría desaparecido. En 2013 teníamos más de 500 millones de euros de deuda a corto plazo. Hoy somos una competición saneada”, ha defendido en múltiples ocasiones. De hecho, LaLiga fue la única gran liga europea que cerró con beneficios durante la pandemia.

Pero el modelo no solo se aplica dentro de casa. En los últimos meses, Tebas ha redoblado sus críticas al resto de competiciones europeas, especialmente a la Premier League y a clubes como el Manchester City o el Paris Saint-Germain. Según ha denunciado públicamente, muchos de estos clubes operan con “dopaje económico”, camuflando inyecciones de dinero de sus propietarios como ingresos comerciales inflados. Por ello, LaLiga ha presentado denuncias ante la Comisión Europea, buscando un marco regulatorio más estricto para todo el continente.

El caso del FC Barcelona es ilustrativo. En plena batalla por cuadrar sus números, el club azulgrana ha recibido múltiples advertencias de LaLiga. La última, tras el pasado interés en fichar a Nico Williams: “Si el Barça quiere fichar, tendrá que cumplir con la regla del 1:1”, recordó Tebas. Esto significa que para incorporar a un jugador por 50 millones de euros, el club debe liberar —vía ventas, ahorros o ingresos nuevos— una cantidad equivalente.

Lo que propone LaLiga, en definitiva, no es una competición basada en la inversión desmedida, sino en la sostenibilidad, la responsabilidad fiscal y la viabilidad a largo plazo. Una fórmula que, para algunos, limita la capacidad de competir con los grandes transatlánticos europeos, pero que, para Tebas, es la única manera de construir una liga fuerte y justa en el tiempo.

¿Funciona el modelo Tebas? ¿Qué opinan los clubes?

Antes de la llegada de Javier Tebas y la implementación de su riguroso sistema de control financiero, muchos clubes históricos del fútbol español atravesaban graves problemas económicos. Equipos como el Real Zaragoza, Deportivo de La Coruña o Real Betis acumulaban deudas millonarias que ponían en riesgo su continuidad deportiva y financiera. En 2013, la deuda agregada de los clubes españoles superaba los 600 millones de euros, con numerosos casos de impagos a jugadores y sanciones administrativas.

Con la entrada en vigor del modelo Tebas, basado en límites salariales estrictos, supervisión preventiva y control riguroso de los gastos en plantilla, la situación ha experimentado una mejora notable. En la temporada 2023/24, LaLiga cerró con beneficios netos por primera vez en años, y los clubes han reducido significativamente su nivel de endeudamiento. Este cambio obliga a los equipos a gestionar sus finanzas de forma más profesional y prudente, priorizando la sostenibilidad a largo plazo frente al gasto desmedido en fichajes.

Javier Tebas asumió la presidencia de LaLiga en abril de 2013 y, a pesar de las tensiones con algunos clubes, ha mantenido un respaldo mayoritario por parte de los equipos profesionales. En la última asamblea de LaLiga celebrada en noviembre de 2024, las propuestas del Real Madrid recibieron únicamente 3 votos a favor de los 42 posibles, lo que indica un apoyo limitado a las posturas del club blanco dentro de la patronal.

Este apoyo mayoritario se debe en parte a la implementación de políticas que han fortalecido la estabilidad financiera de LaLiga, como el control de los derechos televisivos y la regulación de los gastos de los clubes. La venta centralizada de los derechos de televisión, instaurada en 2015, ha permitido una distribución más equitativa de los ingresos, beneficiando especialmente a los clubes más modestos.

Las ligas española y alemana chocan ante las pérdidas multimillonarias en Italia e Inglaterra

Balance de ingresos y gastos en fichajes 2020-2025

Los datos de los últimos cinco años reflejan un claro contraste entre las grandes ligas europeas en cuanto a su gestión económica en el mercado de fichajes. LaLiga y la Bundesliga se destacan por registrar balances positivos, con ganancias de aproximadamente 236 millones y 227 millones de euros, respectivamente. La Ligue 1, aunque con cifras menos abultadas, también registra un balance positivo, con más de 76 millones de euros.

Por otro lado, la Premier League y la Serie A presentan pérdidas millonarias que superan los 5.400 millones y 378 millones de euros respectivamente, reflejando un mercado mucho más agresivo, impulsado por inversiones millonarias y la llegada de grandes fondos externos. 

Balance de ingresos y gastos en fichajes de las cuatro grandes ligas
Balance de ingresos y gastos en fichajes de las cuatro grandes ligasFlashscore

Pero... ¿cómo se sostienen los clubes ingleses? ¿Cuáles son sus normas?

La Premier League implementa las reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR, por sus siglas en inglés) para garantizar la estabilidad financiera de los clubes. Estas reglas permiten a los clubes incurrir en pérdidas de hasta £105 millones durante un período de tres años, siempre que las pérdidas no superen los £15 millones en un solo año sin la inversión de los propietarios. Las pérdidas que excedan este límite deben ser cubiertas por inversiones de capital, no por préstamos, para evitar el endeudamiento excesivo.

Una de las claves del modelo financiero de la Premier League es la forma en que algunos clubes "optimizan" las reglas del PSR para ampliar su margen de gasto sin infringir la normativa. Entre las estrategias más utilizadas destaca la firma de contratos muy largos, de hasta ocho o nueve años, que permite amortizar el coste de un fichaje de forma anual y reducir su impacto contable inmediato. Además, ciertos tipos de gastos —como inversiones en estadios, academias o el fútbol femenino— están excluidos del cálculo del PSR, lo que facilita a los clubes justificar mayores desembolsos. 

Los propietarios de clubes como el Chelsea y el Everton han realizado inversiones sustanciales para cubrir pérdidas y financiar fichajes. Estas inversiones deben ser de capital, repetimos, no de deuda, para cumplir con las regulaciones de la liga. Aun así, algunos clubes han enfrentado sanciones por no cumplir con las reglas PSR. Por ejemplo, el Everton fue sancionado con una deducción de puntos por exceder los límites permitidos.

La Premier League está evaluando la implementación de un nuevo sistema de control de gastos basado en el "ratio de coste de la plantilla" (SCR), similar al de la UEFA, que limitaría el gasto en salarios y fichajes a un porcentaje de los ingresos del club. Este sistema aún se encuentra en fase de prueba.

El frágil modelo económico de la Serie A

El fútbol italiano atraviesa una profunda crisis estructural en términos de sostenibilidad financiera. A pesar de los esfuerzos de modernización y de una creciente presencia de inversores extranjeros, los números siguen siendo alarmantes: en los últimos cinco años, las pérdidas acumuladas de los clubes profesionales italianos superan los 7.700 millones de euros, con la Serie A registrando un déficit cercano a los 1.000 millones en la temporada 2022/23. Solo dos clubes, Atalanta y Fiorentina, cerraron ese ejercicio con beneficios, mientras que gigantes como Juventus, Roma e Inter continúan acumulando pérdidas importantes y arrastran deudas millonarias. Este desequilibrio pone en entredicho la viabilidad del modelo actual.

Frente a esta situación, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ha endurecido sus normativas para exigir mayor responsabilidad a los clubes. Desde 2023, aquellos que se acojan a procesos de reestructuración de deuda quedan inhabilitados para realizar fichajes durante dos ventanas consecutivas. Además, los clubes que participan en competiciones europeas están sujetos al nuevo sistema de control económico de la UEFA, que limita el gasto en plantilla al 70 % de los ingresos anuales. La Roma, por ejemplo, ya ha sido multada y permanece bajo supervisión financiera hasta 2027, con un techo anual de pérdidas establecido por la UEFA.

En junio de 2025, el Brescia Calcio, un histórico del fútbol italiano con 114 años de historia, fue declarado en bancarrota tras no poder saldar deudas fiscales por cerca de 3 millones de euros. La FIGC lo excluyó del fútbol profesional al no cumplir los requisitos mínimos para inscribirse en la Serie C, poniendo fin a una trayectoria que incluyó el paso de figuras como Guardiola, Pirlo y Baggio.

Por su parte, la SPAL, que había estado en Serie A hasta 2020, también anunció ese mismo mes que no competiría en la Serie C 2025/26, alegando inviabilidad financiera. A pesar de haber recibido importantes inversiones en los últimos años, no logró estabilizar su economía ni cumplir con las condiciones exigidas por la federación. 

Aunque muchos equipos italianos han sido rescatados por fondos de inversión extranjeros —como Oaktree en el Inter o RedBird en el Milan—, el sistema ya no puede depender indefinidamente de las aportaciones externas para sostenerse. La creciente vigilancia fiscal, la presión de la UEFA y la fragilidad estructural de muchos clubes hacen evidente la necesidad de un cambio de rumbo.

Bundesliga: el modelo “50+1” y su propósito

En la Bundesliga, los clubes están obligados por la regla 50+1 a que la asociación de socios controle al menos el 50 % más un voto de la sección profesional, garantizando que los aficionados mantengan la mayoría de las decisiones importantes. El objetivo es preservar la identidad del club, evitar la toma totalitaria por parte de inversores privados y mantener una gestión financiera más prudente. Solo hay excepciones para entidades asociadas históricamente con grandes empresas, como Bayer Leverkusen y VfL Wolfsburg, que han sido reconocidas por sus más de 20 años de apoyo financiero.

RB Leipzig: el escapismo de la norma

El club del este de Alemania representa el caso más controvertido en la Bundesliga. Legalmente cumple la norma, pues la asociación oficial tiene más del 50 % de votos, pero su membresía está limitada a unas 20‑30 personas, la mayoría empleados de Red Bull, lo que le permite a la empresa eludir el espíritu de la regla . Gracias a esta estructura, Red Bull ha invertido cientos de millones para ascender a la élite en una década, aunque esta práctica es vista por muchos fans como una “burlar la norma”.

En términos generales, la Bundesliga presenta una salud financiera sólida. En la temporada 2023/24, los 18 clubes generaron beneficios operativos de unos 115 M €, siendo 17 de los 18 positivos en EBITDA, aunque solo la mitad cerró con beneficio neto. Con una ratio de salarios sobre ingresos del 58 %, la más baja de las grandes ligas, la Bundesliga mantiene un modelo sostenible que contrasta con la Premier League o Serie A . En comparación, LaLiga facturó un nivel similar de ingresos (3.8 bn €), pero con ratios de personal y márgenes financieros menos eficientes.

¿Es compatible la sostenibilidad alemana y española con el despilfarro y espectáculo inglés?

La Bundesliga y LaLiga apuestan por modelos que priorizan la estabilidad económica y el control del gasto. En ambos casos, se busca evitar que los clubes vivan por encima de sus posibilidades, lo que reduce el riesgo de quiebras y garantiza la viabilidad a largo plazo. Esto se traduce en balances más equilibrados, plantillas gestionadas con prudencia y una cultura de club más arraigada, especialmente en Alemania con su modelo 50+1 que involucra a los socios en la toma de decisiones.

Por otro lado, la Premier League representa un enfoque más agresivo: grandes inversiones de fondos extranjeros, salarios altísimos y fichajes millonarios que aumentan la competitividad y el atractivo global de la liga, pero a costa de altos riesgos financieros. El espectáculo y la marca global suelen primar sobre la sostenibilidad inmediata, y los dueños suelen estar dispuestos a asumir pérdidas para mantener a sus clubes en la élite.

¿Son compatibles? A corto plazo, no demasiado. La presión por mantener un alto nivel competitivo y el espectáculo puede llevar a excesos financieros que chocan con la austeridad y la prudencia económica. Sin embargo, a medio y largo plazo, la experiencia sugiere que solo los modelos sostenibles pueden asegurar la salud financiera y la continuidad de los clubes. El desafío está en encontrar un equilibrio: cómo combinar inversión, crecimiento y espectáculo sin sacrificar la estabilidad.