El canario, tal y como contamos el pasado 25 de enero, ya lo tenía todo acordado con el club. Han sido sus agentes los que han llevado la negociación, pero siempre bajo las directrices del centrocampista, muy identificado con la entidad azulgrana. Incluso suele bromear porque, por su forma de jugar y por la juventud con la que llegó al equipo, muchos lo confunden como un producto made in La Masía.
Después de destacar en Las Palmas, el Barça lo firmó en 2019 si bien lo dejó un año más cedido para que siguiera acumulando minutos y experiencia en el fútbol profesional. Fue en el verano de 2020, con 17 años, cuando ya se incorporó al equipo azulgrana y desde entonces ha sido indiscutible, salvo en la época en la que las lesiones no le dejaron de lado.
Sus problemas físicos, con constantes lesiones musculares provocadas por la gran cantidad de partidos jugados tanto con los culés como con la selección española, detuvieron su progresión. Pero una vez encontrada la fórmula para fortalecer su cuerpo y reducir los riesgos, la evolución de Pedri ha sido extraordinaria.
La confianza que Flick ahora, y antes Xavi y Koeman, le otorgaron ha sido devuelta con creces en el terreno de juego, donde es el faro que guía los ataques blaugranas.
"Asegurarse su continuidad era una de las prioridades para el club, y también para él. Creció destilando barcelonismo en las Islas Canarias, y ahora está cumpliendo su sueño. Un sueño que no termina aquí, y que durará, al menos, cinco años más", ha destacado el Barcelona en el anuncio de su renovación de contrato.
Si se cumple la totalidad del acuerdo, Pedri cumpliría una década como culé y acabaría su vinculación con 29 años.