El argentino se quedó durante su carrera como jugador con la espina clavada de su rendimiento durante su breve paso por el cuadro hispalense. Y ahora tiene por delante un desafío mayúsculo en un club cuya afición no perdonará un nuevo fracaso.
"Trataré de aportar mi granito de arena para que este club vuelva a ser a lo que estaban acostumbrados en los últimos tiempos", ha expresado tirando de la experiencia que ya vivió en River Plate. "Hay momentos en los que se bajan rendimientos por diferentes motivos, como ha pasado aquí. Yo empiezo a contar de aquí en adelante. Todo equipo que supo ganar vuelve a ganar, una vez superados los baches".
Sobre cómo lo hará, Almeyda tiene un plan. "Soy entrenador y exjugador, nunca hice magia. Mi ciclo inició hace dos días y buscaremos nuestra identidad propia, que no se entregue ni se rinda y que viva el fútbol con amor y pasión. Que demuestre al público que queremos ganar dejándonos el alma".
Otro de los inconvenientes con los que se puede encontrar, y por lo que Imanol Alguacil rechazó el cargo, es con la escasez de fichajes que puedan llegar por las limitaciones económicas que sufre la entidad. "Entrenaré con lo que tenga y trataré de sacarles lo máximo. Sé los futbolistas que tengo, estuvieron a punto de perder la categoría y quiero sacarles esa presión que yo también la viví. Son buenos futbolistas y ya hemos hablado y seguiremos hablando sobre lo que se vaya a reforzar. No vamos a contratar por contratar, sabemos lo que vamos a buscar".
Y esa confianza es la que demuestra cuando asegura que le pone "amor y corazón a las cosas y no voy a fallar".