El Glorioso rindió homenaje a sus abonadas más veteranas por el Día Internacional de la Mujer y, por supuesto, quería brindar una necesaria victoria tanto a ellas como al resto de aficionados. Las semanas van pasando, el final se acerca poco a poco y la amenaza del descenso era lo suficientemente pesada como para salir a por todas este sábado. Además, el cuadro vasco tenía la oportunidad de incluso dormir por encima de la antepenúltima posición... aunque fuera durante un rato.
La presencia de Pau Cabanes, cedido por el conjunto groguet, era lo más destacado en un once sin Carlos Vicente. Y esa dosis extra de motivación, sobre todo por las ganas de demostrar que puede tener un hueco en el futuro, se vio desde el inicio. Sus acciones inquietaron a una zaga que no pudo evitar el tanto de Manu Sánchez, que se anticipó a Juan Foyth y remató de cabeza tras un gran pase de Nahuel Tenaglia. El balón acabó entrando con suspense por la fallida intervención de Diego Conde.
Los amarillos, de menos a más, amenazaron mediante acciones de estrategia y fueron ganando terreno con el paso de los minutos. Un error de los locales hizo que Antonio Sivera manchara sus guantes tras un disparo de Nicolas Pépé, quien luego devolvió el favor a Ayoze Pérez en otra jugada que acabó con parada del guardameta alicantino. Justo después, Yéremy Pino se infiltró entre albiazules y desperdició una brillante asistencia de Álex Baena.
Un fuerte golpe... con castigo
Si algo que tenía que hacer el Alavés era evitar situaciones como las que dieron pie a las últimas ocasiones de su rival. Lo que parecía una prometedora transición, con cinco atacantes frente a tres defensas, se tradujo en un tiro del ariete canario. A pesar de que varios jugadores se mostraron renqueantes hasta el paso por vestuarios, ninguno de los dos entrenadores hizo modificación alguna durante el tiempo de descanso.
La primera sustitución llegó pronto y de manera obligada después de una acción muy desafortunada para Sivera: el arquero recibió un golpe fortísimo en un rodillazo involuntario de Ayoze y, cuando se disponía a dejar su lugar a Adrián -alternativa por la lesión de Owono-, vio la tarjeta roja por haber frenado el esférico con la mano al abandonar el área. El árbitro del encuentro, Ortiz Arias, acudió al monitor antes de tomar esa decisión.
Un querer y no poder
Pape Gueye probó fortuna desde el balcón del área por medio de un envío algo desviado, pero los amarillos no terminaban de incomodar a un portero sin experiencia en la élite. Marcelino García Toral juntó a un buen puñado de delanteros, lo cual no dio frutos ante un oponente que celebraba la mayoría de las acciones rechazadas en campo propio. La expulsión de Antonio Blanco en el 94', por doble amarilla, animó al asturiano a meter dos futbolistas de ataque más (Denis Suárez y Tajon Buchanan).
Los de Mendizorroza será sancionados -en principio de forma leve- porque cayó desde la grada una botella de plástico. Pero qué importa eso si los puntos se quedan en casa. Era casi imposible introducir una mayor dosis de épica a este encuentro de infausto recuerdo para la escuadra castellonense, frustrada bajo la lluvia de Vitoria-Gasteiz por su falta de puntería. Y eso que fueron unas cuantas las ocasiones que tuvieron en el añadido y con un guion más propio de Alfred Hitchcock.
Jugador Flashscore del partido: Manu Sánchez.