Si el final de temporada de Aurélien Tchouaméni pudiera resumirse en un meme, sería el tema de GTA "Here we go again". Una vez más, el ex jugador del Girondins de Burdeos ha tenido que retroceder un escalón y jugar en el centro de la defensa. Después de haber encontrado su sitio en el centro del campo, y a pesar de haber estado a punto de ser expulsado en la primera parte de la final de la Copa del Rey, Tchouaméni vuelve a tener que desempeñar el papel de defensa parche para suplir las ausencias deEder Militao, David Alaba y Antonio Rüdiger, todos ellos lesionados.
Menos impacto que Casemiro
La vida de Tchouaméni en el Real Madrid no ha sido fácil desde hace más de un año. Después de lesionar involuntariamente a Mouctar Diakhaby durante varios meses la temporada pasada, y de lesionarse él mismo a mediados de mes, lo que le impidió jugar la final de la Liga de Campeones, provocó la indisponibilidad deEduardo Camavinga durante varias semanasjusto antes de la Supercopa de Europa, lesión de la que su compañero nunca llegó a recuperarse.
Favorecido en el centro del campo, su posición preferida, el francés fue incapaz de hacer olvidar a Casemiro. A pesar de las pocas amonestaciones que recibió (23 en 137 partidos en todas las competiciones, es decir, el 16,8%), no fue lo bastante implacable, lo que, si se quiere ver el vaso medio vacío, indicaría una falta de agresividad. No estuvo lo bastante inspirado en la creación y tuvo poco impacto en ataque (5 goles, 6 asistencias en todas las competiciones).
Su paso al centro del campo no resultó ser una revelación, hasta el punto de que el canterano Raúl Asencio fue promocionado a pesar de la falta de apetito de Carlo Ancelotti por colocar a los jóvenes del Castilla a largo plazo y en puestos importantes.
Criticado regularmente por la afición y la prensa local, Tchouaméni nunca es odioso, pero rara vez excepcional. Es un poco como su equipo esta temporada, atrapado entre el deseo de atacar con sus cuatro defensas y la imperiosa necesidad de defender como grupo.
En una posición inevitablemente tambaleante, el hombre que se convirtió en merengue por 80 millones de euros procedente del Mónaco en 2022 cumple su tercera temporada en el Madrid. Se ha convertido en titular indiscutible. Pero, ¿se ha convertido en indiscutible? Según las últimas informaciones, Florentino Pérez rechazó la oferta de Xabi Alonso para fichar a Martín Zubimendi en favor de Tchouaméni para una cuarta temporada.
Dirigido por un entrenador que conoce el puesto mejor que nadie y que, por cierto, ha llevado ese mismo número 14 a la espalda, el francés podría ver cómo su carrera da un nuevo e ilusionante giro... pero que también se parece mucho a una última oportunidad antes de entrar en la lista de transferibles.