Hace ya muchas semanas que el extremo izquierdo cambió su opinión y decidió que ya era hora de dejar de chupar banquillo y mostrar sobre el terreno de juego el porqué no hace mucho fue considerado el heredero de Leo Messi en el Barça.
Las múltiples lesiones se lo impidieron, y una cesión al Brighton tampoco dio luz, más bien al contrario, sobre su verdadero nivel de juego. Aun así, lo volvió a intentar en su vuelta al Barcelona, pero Hansi Flick no lo vio con el nivel adecuado para jugar con regularidad. Y aunque tarde, Ansu Fati lo ha entendido después de sólo haber intervenido en 11 encuentros.

El Mónaco parece el destino ideal: un club importante, con aspiraciones, pero en una liga como la francesa menos exigente que LaLiga o la Premier. Y con la promesa de que tendrá oportunidades para sumar muchos minutos.
Tras varias semanas de negociación, todo está a punto para que ambos clubes intercambien los últimos documentos y Fati pueda pasar el reconocimiento médico, que se espera que sea esta misma semana, según ha anunciado Fabrizio Romano, experto en fichajes.