Para Ancelotti, en la plantilla hay cuatro delanteros: Vinicius, Rodrygo, Joselu y Brahim. Y en ese orden, se podría decir a tenor de lo visto en la gira americana. 

Aunque el malagueño no es un delantero al uso, sino más bien un mediapunta, el alto número de jugadores en la parcela ancha ha hecho que el técnico lo alinee más arriba... cuando se acuerda de él. 

Salvo en el primer amistoso, precisamente ante su exequipo, el Milan, donde era el indiscutible 10, Brahim apenas ha jugado. En ese primer encuentro salió de titular para disputar la primera mitad. 

Después, 29 minutos ante el Manchester United, ocho contra el Barça y 14 frente a la Juventus. 

Un sistema ideal... o no

Si bien parecía que el 4-4-2 implantado este curso en el Real Madrid podría favorecerlo, nada más lejos de la realidad. En su rol ideal, en la parte superior del vértice, está Bellingham, fichado a golpe de talonario (103 millones de euros) y que lo juega todo. 

Y arriba, Vinicius es indiscutible y Rodrygo casi también. Joselu ofrece alternativas de ariete puro cuando se necesita lanzar balones a la olla. Pero ¿dónde queda Brahim? En tierra de nadie, de momento.

Lo peor puede que incluso esté por venir, toda vez que Güler también se suele desenvolver por su posición. Y falta Ceballos para completar el medio campo. Si ya llegase Mbappé, el protagonismo de Brahim, que sería el quinto delantero, quedaría reducido a la mínima expresión. No es, desde luego, lo que le prometieron ni lo que esperaba. 

Tiene nueve días para hacer cambiar de opinión a Ancelotti de cara al partido ante el Athletic en San Mamés, pero el italiano suele ser de ideas fijas.