La licencia de primera ocupación, el documento municipal que concederá el permiso para poder abrir al público las puertas del remozado Camp Nou, es el principal quebradero de cabeza para la directiva del Barcelona y, en especial, para un Joan Laporta que espera con ansias poder estrenar el estadio, su gran obra como presidente.
El Joan Gamper está previsto que se dispute el 10 de agosto contra el Como, dirigido por Cesc Fàbregas. Sin embargo, no parece que las obras, a pesar del gran avance de las últimas fechas, vayan a estar revisadas y aprobadas por el ayuntamiento barcelonés. Sí se cuenta con la licencia de actividad deportiva, pero no es suficiente.
Incluso se ha intentado reducir el aforo disponible para ese evento, dejándolo en unas 30.000 personas, pero ni por esas se agilizarían los permisos correspondientes.
En el club esperarán hasta última hora para ver si es posible mantener la sede, pero ya hay preparativos por si hay que cambiar la sede y trasladar todo el operativo al Estadio Johan Cruyff.