El Atlético de Madrid afrontaba contra el Manchester City, flamante campeón de la Champions League, la prueba más dura de toda la pretemporada, esa fase preliminar del curso en la cual el resultado es lo de menos... salvo si te dejan en evidencia o se trata de un partido de máxima rivalidad, como puede ser un Clásico entre Real Madrid y Barcelona. Los azulgranas se impusieron por 0-3, pero ambos entrenadores le quitaron peso a un marcador demasiado abultado para lo visto sobre el terreno de juego.
De tener que adivinar si se trataba de un amistoso viendo sólo las alineaciones, especialmente la del conjunto inglés, hubiese sido difícil acertar. Pep Guardiola decidió salir con Erling Haaland, Rodrigo Hernández, Bernardo Silva, Phil Foden, Kyle Walker y el resto de su más que conocido arsenal. Enfrente, Diego Pablo Simeone apostaba por Jan Oblak, el recién llegado Caglar Söyüncü o Antoine Griezmann. Entre los nombres más destacados, Álvaro Morata -por su posible adiós- y Samuel Lino.
Resistir y contraatacar
La posesión cayó hacia el lado citizen, como podía esperarse, pero no con una ventaja demasiado abultada. Álvarez y Haaland mandaban dos avisos en forma de ocasiones desde bien temprano: si los rojiblancos reducían una marcha, podía llegar el 1-0. De menos a más, el cuadro español fue asomando la cabeza tras ser encerrado por un oponente que salió dispuesto a embestir. César Azpilizcueta inauguró el tarjetero del árbitro y el turco Söyuncü empezó a mostrar sus credenciales.
Aún con los reyes de Inglaterra apretando, el árbitro anuló el tanto de Rodri por una falta sobre Oblak. Era la confirmación más clara de que el peligro podía traducirse en gol. El esloveno volvió a aparecer, esta vez para salvaguardar la igualdad en el electrónico, y tanto Foden como Morata se activaron con sendos ataques. Una transición muy vertical de Lino que no llegó a culminar Thomas Lemar animó todavía más a los colchoneros, que se marcharon al descanso con la portería precintada (0-0).
Guardiola y Simeone, como si de un pacto se tratase, quitaron a sus arqueros titulares para el siguiente acto. Y no tardó mucho Stefan Ortega en lucirse, con una mano espectacular para frustrar el intento de Lino, de vuelta tras jugar cedido en el Valencia. De forma casi inmediata y consecutiva, los celestes sacaron las garras con un potente disparo de Walker que se fue directo al larguero y gozaron de otra oportunidad que también desperdiciaron allá por el 55'.
Una acertada revolución
En torno a la hora de juego, ambos técnicos sacudieron el once y fue precisamente uno de los recién ingresados, Memphis Depay, quien superó a Ortega con un fantástico golpeo en una acción con papel de reparto para dos jugadores (Ángel Correa y Pablo Barrios). El neerlandés rozó el 0-2 mientras el dueño de la Premier League intentaba dejar atrás los nervios y Yannick Carrasco, en una de sus jugadas favoritas, firmó el segundo para ratificar que aún tiene mucho fútbol para regalar.
El Atleti dominaba gracias a su efectividad y al soplo de aire fresco que trajeron consigo quienes salieron al césped desde el banquillo. Rubén Dias superó a Ivo Grbic tras un poderoso salto en una jugada a balón parado y alimentó las esperanzas de cara a evitar la primera derrota de la pretemporada tras imponerse a Yokohama y Bayern de Múnich, pero la dosis de épica que necesitaban no llegó y no les quedó más remedio que dar la enhorabuena a un rival siempre caracterizado por su pragmatismo.
Jugador Flashscore del partido: Memphis Depay.
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