El Real Valladolid se convirtió en juez del descenso este domingo al recibir a uno de los implicados. El cuadro vitoriano afrontaba la cita a sabiendas de que dependía de sí mismo, contra el colista, para lograr el objetivo. Situación idílica a priori, si bien en la historia del fútbol hay casos paranormales que rompen moldes, pronósticos y quinielas.
Se notó desde primera hora qué equipo tenía el caramelito de la permanencia a un paso: el Deportivo Alavés. Tras varios ataques prometedores, Cenk Özkacar cometió una pena máxima sobre Nahuel Tenaglia y Kike García se encargó de convertirlo para dar una ventaja mínima recién superado el cuarto de hora.

Los locales apenas creaban peligro y, para colmo, recibían los pitos de una afición hastiada ya. Los blanquivioletas, sin ideas en la zona de tres cuartos, se marcharon al vestuario con muy malas sensaciones. Mario Martín se retiró con algunas molestias y, de hecho, no volvió a pisar el verde tras el tiempo de asueto.
Objetivo cumplido
Al Alavés le interesaba que pasaran pocas cosas y esa fue la consigna. Al Pucela le cuesta generar de por sí y este contexto tampoco invitaba a disfrutar de un gran espectáculo. Latasa probó fortuna sin inquietar mucho y el mencionado Kike buscó el segundo sin acierto en el José Zorrilla.

Los nervios se instalaron de lleno en la zaga albiazul, consciente de que el tan perseguido premio estaba a sólo un paso. Superado ese trago amargo y con tanta tensión, los futbolistas dirigidos por Eduardo Chacho Coudet pudieron celebrar al fin que seguirán al menos una temporada más en la élite.
Jugador Flashscore del partido: Kike García.