No es muy habitual que un futbolista pida perdón a través de sus redes sociales por un mal encuentro realizado pero el austriaco entendió que la afición del Madrid agradecería su mensaje. Al central que llegó del Bayern Munich le faltó atención, contundencia, agresividad y concentración. Él mismo lo reconoce al afirmar que “no fue mi partido”.
En el tercer gol rojiblanco, con centro de Saúl y nuevo remate impecable de Morata sin nadie que le estorbase, el “4” blanco recriminó a algunos de sus compañeros, lo cual se entendió como una falta de autocrítica en vez de asumir la culpa como propia. No gustó el gesto.
En su rincón de estadísticas, los datos son demoledores. Sólo participó en dos duelos directos (uno ganado y otro perdido) y no realizó ni una falta. La desconexión fue de época. A pesar de ello, no parece que su puesto corra peligro. Para Ancelotti es indiscutible, no ya por su agresividad, que nunca fue una gran virtud, sino por su capacidad para sacar el balón jugado desde atrás, algo en lo que tampoco se está mostrando especialmente brillante últimamente.
El mensaje del jugador, escrito en inglés, dice así: “Madridistas, todos esperamos más. No fue nuestro partido y no fue mi partido. Os decepcionamos pero lucharemos para volver a ser lo que es el Real Madrid”.