Centro de datos del Real Madrid-Athletic Club
La actitud debe ser siempre innegociable. Eso de correr, echarle ganas y tal. Más aún cuando vienes de caer eliminado de manera estrepitosa en 'tu' Champions. Pero al Madrid, este curso, a veces le ha costado ponerse en marcha. Cosas de querer ganar sólo con la camiseta. Así que esfuerzo, desde luego, con el Bernabéu dispuesto a pitar al más mínimo error, no faltó ante el Athletic de salida. Pero a un equipo grande hay que pedirle mucho más. Y los de Ancelotti, con Mbappé en la grada, Valverde y Camavinga de laterales, y Bellingham haciendo de falso 9, se las vieron y desaron para romper el orden de los rojiblancos, los menos goleados de LaLiga, que comparecieron con un XI casi nuevo tras su partido europeo y sin los Williams.

Sin Nico, en Bilbao, e Iñaki, en el banquillo, y sin precisión en el pase, las contras de los leones carecían de mordiente. Así que toda la primera mitad fue un monólogo de posesión de los blancos, con Ceballos y Modric en la sala de máquinas, aunque sin ver qué día tenía Unai Simón. Sólo Vinicius era capaz de levantar los "huy" del público. Ni un disparo bajo los tres palos en más de media hora. El primero, si se puede considerar así, una peinada de Valverde tras un córner que atajó sin apuros el portero.
Esa acción abrió un poco el choque, con un Athletic que por fin salió de la cueva, aun sin comprometer a Courtois. Poco más pasó hasta que Martínez Munuera decretó el descanso y los pitos afloraron desde la grada del Bernabéu.
Asedio blanco
Los primeros minutos de la segunda parte nos ofrecieron todo lo que no había sido capaz el Madrid de hacer hasta entonces: Rodrygo y Camavinga rozaron el gol tras sendas acciones individuales. Ceballos y Valverde lo probaron desde la media distancia. Y el Athletic sólo podía resguardarse a la espera de que pasara el vendaval. A pesar de la mejora, Ancelotti no esperó ni un cuarto de hora para meter a Endrick por Ceballos. Y entonces las ocasiones se multiplicaron.
Al brasileño lo encontró Modric con una genialidad de las suyas, pero falló en un control que lo hubiera dejado solo ante el meta. Respondió el Athletic con una contra finalizada por Unai Gómez y repelida por Courtois en su primera y única intervención. Y en la siguiente jugada, Unai Simón también se ganó el sueldo con un paradón pleno de reflejos a testarazo de Bellingham. Pero no había forma de que las gafas desaparecieran del marcador.
El 'no' gol de Vinicius
Fue el turno de Ernesto Valverde para agitar el árbol y cambiar a su tridente ofensivo. Y conforme pasaban los minutos, el Madrid se volcaba más y más en ataque, dejando su defensa desguarnecida. Hábitat natural para las carreras al espacio de Maroan y Williams. La Liga estaba en juego y Ancelotti no tembló para meter todo lo que le quedaba con Brahim y Güler. Enseguida, la apuesta pareció salir bien con un golazo de Vinicius que no celebró, molesto por los pitos y críticas. Pero tampoco lo pudieron hacer sus compañeros ni el público porque el VAR, minutos después, anuló la acción por fuera de juego de Endrick.
La impotencia se veía en las caras de los merengues. Se siguieron acercando, continuaron intentándolo sin descanso, pero la falta de puntería y el acierto de Unai Simón llevaban el partido al empate...
El cañón de Valverde
Pero aún quedaba una última ocasión, una última oportunidad, un acto de FEde Valverde. Su disparo, su trallazo, su misil, su cañón con el empeine se coló por la escuadra del Athletic para llevar la euforia al Bernabéu. El Madrid sigue vivo en LaLiga.

Jugador Flashscore del partido: Fede Valverde (Real Madrid).