Hasta 13 para ser exactos. Un trasvase que, habitualmente, se ha producido desde el el cuadro gunner al culé.
Los dos primeros en tomar el vuelo Londrés-Barcelona fueron Marc Overmars y Emmanuel Petit, quienes llegaron en el año 2000 al Camp Nou. Llegaron en un tiempo convulso, con Luis Figo recién fichado por el Real Madrid en la considerada como la mayor traición al Barça de la historia.
NInguno pudo triunfar, en especial un Overmars en el que se invirtió justo la mitad de lo que se cobró por el extremo portugués.
Después llegaron, en 2003 y 2004, respectivamente, dos laterales izquierdo, el neerlandés Giovanni van Bronckhorst y el brasileño Sylvinho.
Hubo que esperar hasta 2007 para ver a una gran estrella triunfar de azulgrana tras su paso por el Arsenal. Ese fue Thierry Henry. Un año después, se fichó a un prometedor Aliaksandr Hleb, que fracasó por completo.
Luego le llegaría el turno a un hijo pródigo que regresaba a casa para unirse a los pequeños grandes jugones como Xavi, Iniesta o Messi. No era otro que el recién retirado Cesc Fàbregas. Junto a él llegaron el camerunés Alex Song y el belga Thomas Vermaelen. Ninguno triunfó como sí lo hizo Cesc.
Los últimos en llegar a Barcelona procedentes del norte de Londres fueron Pierre Aubameyang y Hector Bellerín. Por diversas circunstancias, ninguno completó una temporada.
El viaje opuesto lo hicieron Alexis Sánchez, que se fue en 2014, y el ahora jugador del Villarreal Denis Suárez, que voló en 2016.
Por no hablar de Mikel Arteta, el actual técnico gunner, que se formó como futbolista en Can Barça.