Centro de datos del Athletic-Mallorca
El conjunto vasco quería olvidar la derrota en el Riyadh Air Metropolitano, y qué mejor forma que hacerlo ante su afición. Ni el rival era el más asequible de todos ni el contexto era el mejor, ya que el partido llegaba entre la ida y la vuelta de la eliminatoria frente a la Roma. Además, cuatro jugadores importantes se perdían la cita por lesión o sanción: Íñigo Ruiz de Galarreta, Álvaro Djaló, Dani Vivian y Oihan Sancet. La baja de este último, especialmente sensible.
Un error de Aitor Paredes provocó la incorporación de Takuma Asano y el remate de Vedat Muriqi. Reclamaron saque de esquina los bermellones, y con razón, porque Unai Simón había tocado el esférico. Al plantel vasco le estaba costando sobre el verde y, entretanto, los distintos sectores de San Mamés seguían con su particular guerra civil. Los pitos a la grada de animación convivían con arreones de aplausos. Un clima que, desde luego, no es el ideal para encarar una remontada.

El frenesí que suele verse en la Catedral, con embestidas constantes y un ritmo elevado, no se veía este domingo. La ausencia de Iñaki Williams, que esperaba turno en el banquillo, era uno de los factores a destacar. Otros equipos en situaciones similares, véase el Atlético o el Real Madrid, estuvieron lejos de la excelencia en sus respectivos compromisos. Samu Costa, de hecho, irrumpió desde la segunda línea y remató desviado un gran centro de Johan Mojica.
Toma, daca y tablas
Cuando pasan muy pocas cosas, los futbolistas que salen desde el banquillo ganan un protagonismo especial incluso antes de acceder al verde. Ernesto Valverde se animó con un doble cambio (Iñaki y Maroan entraron por Guruzeta y Canales) en el minuto 54, y fue entonces cuando llegaron los goles: Antonio Raíllo hizo el 0-1 con un testarazo inapelable en una acción de córner y Nico Williams igualó de inmediato, también con la cabeza, tras un formidable pase de Andoni Gorosabel.
La conexión entre Samu y Mojica se repitió en la segunda mitad. Y qué jugada. El colombiano se incorporó por la banda izquierda como un obús, levantó la vista y se la cedió al portugués, cuyo golpeo fue especialmente defectuoso. Y hasta parecía tener tiempo para detener el cuero porque estaba libre de marca. El mayor de los Williams respondió pronto para enganchar de nuevo a una afición con ganas de remontada.

Nico, mucho más participativo que hasta el descanso, lo siguió intentando por el costado izquierdo. El empate se veía cada vez con mejores ojos desde la perspectiva insular, que se vio empujada hacia su portería dadas las embestidas locales. El buen extremo anhelado por el Barça no fue suficiente para tumbar el muro de la escuadra bermellona, que reclamó penalti en el descuento, suma cinco jornadas seguidas sin perder y sólo un triunfo de 10 posibles.
Jugador Flashscore del partido: Antonio Raíllo.