Rodri Sánchez fue el principal arma de la Rojita para estrenar el casillero de puntos en la fase de grupos. No necesitó marcar ningún gol para que la organización lo eligiera como el mejor jugador del encuentro pese a que Sergio Gómez anotó uno de los tantos y, además, asistió en otro. Álex Baena estrenó el marcador, Juan Miranda hizo el 0-2 y Víctor Gómez fue uno de los que cambió la cara al plantel dirigido por Santi Denia, que defendió a un errático Abel Ruiz.
"Llevo ya dos años en la sub-21 y estoy contento. Conozco a la mayoría, tengo mucho feeling con todos, contamos con un buen grupo y desde el principio conecté tanto con Santi como con Luis. Hoy he tenido la oportunidad de jugar y creo que he respondido bien. Espero que podamos seguir así", explicó el futbolista ante los medios de comunicación después del choque.
Preguntado por aquella generación de 1998 que triunfó en la competición que él disputa, con nombres como el de Míchel Salgado, José María Gutiérrez o Juan Carlos Valerón, respondió lo siguiente: "Hay mucha diferencia y me queda mucho para ser como ellos. Esto es un comienzo y espero llegar a ser la mitad de Guti, que para mí fue un jugador fantástico".
Contrariado y sorprendido ante la hipótesis planteada por un periodista de cómo rendiría el plantel nacional del que forma parte si jugara en LaLiga, así salió del paso: "Son 38 jornadas y podría pasar de todo. Por un partido no se puede decir nada. No te puedo dar esta respuesta tan fácil. Son buenos jugadores y nosotros también somos un buen equipo. Se ha visto que España tiene mucho nivel".