La primera plaza estaba en vilo ¿Qué parte del Mediterraneo se alzaría con la posición? Ambos con seis puntos, era el duelo que iba a decidir al líder y Santi Denia optó por rotar a muchos de los habituales.
Después de ganar a los anfitriones en el primer partido y a Rumanía in extremis en el segundo, Italia se presentaba como el hueso más duro de roer antes de las eliminatorias.
Muchas intenciones y pocas concreciones
La Rojita salió al verde con la idea de tener la iniciativa. Tanto en el tramo inicial del primer tiempo como en los últimos minutos, lo consiguió.
Italia mostró su peligro en el ecuador de los primeros tres cuartos de hora, sin embargo, mas allá de un par de disparos lejanos y otros muy erráticos, no despeinaron en exceso a Cuñat.
Tampoco estuvieron mucho más acertados los pupilos de Denia, que chutaron menos veces y le dieron aún menos faena a Zacchi, aunque es cierto que cuando Moro, Roberto, Jesús o Moleiro llevaban el esférico en sus botas, la sensación de peligro crecía exponencialmente.
La tensión se apoderó del choque: las quejas se adueñaron del juego y los protagonistas se pasaban más tiempo en horizontal gritando al árbitro que en vertical buscando el gol.
Tardó, pero cuando Walsh, colegiado escocés del partido, amonestó por primera vez a un central italiano, las combinaciones de unos y otros empezaron a fluir con más asiduidad.
No hubo demasiadas ocasiones, pero la más clara la firmó Moleiro, reciente fichaje del Villarreal. El canario recogió un balón cercano al área que no congió dirección a portería, pero que pasó muy cerca.

Ambos se animan y el resultado final no cambia
No tardó en darnos la segunda mitad todo lo que le faltó a la primera. La Rojita y los Azzurri se centraron en buscar la meta rival y lo lograron rápidamente.
La línea de mediapuntas española desconcertó por completo a la zaga italiana. Moleiro condujo y abrió a Moro, que dribló con decisión hasta ver un hueco en el área. Roberto arrastró perfectamente a los centrales para que Jesús Rodríguez, desde la segunda línea, abriese la lata completamente libre de marca.
Todo parecía perfecto para los ibéricos, se habían adelantado y estaban mejor plantados, pero la alegría no les duró demasiado. Pisilli recogió un balón procedente de Ghilardi y empató con un chut cruzado, tablas y media hora por jugarse.
El gol provocó que Santi Denia agitase la coctelera y diese entrada a los nanos Javi Guerra y Diego López por el goleador y Pablo Marín.
Volvió la tensión del primer tiempo, aunque no al mismo nivel. Daba la sensación que un error o un detalle de calidad era lo único que podían desequilibrar las tablas.
Cuñat tuvo su momento de protagonismo a falta de 10 para el final. El que ha defendido la portería del Cartagena este curso se empleó para sacar una buena mano abajo a un disparo peligroso.
Italia no bajó los brazos, pero el candado estaba echado en la meta española y el orden en la clasificación también.

Jugador Flashscore del partido: Raúl Moro (España).