El internacional portugués es su "ídolo de infancia desde Gabu", una ciudad del este de Guinea-Bissau, donde Ynussa Balde nació y vivió hasta que vino a vivir a Portugal en 2022. Balde, de 24 años, llegó para estudiar, pero con el sueño de conocer y "si es posible tocar a Ronaldo".
En una entrevista telefónica con Lusa en Bissau, el joven, que el pasado sábado invadió el terreno de juego del estadio del Benfica, donde Portugal jugaba contra Bosnia, dijo no sentirse arrepentido por el gesto.
"Vi en el partido una oportunidad inmejorable para cumplir mi sueño de conocer a Ronaldo, que ya tiene 38 años y tal vez esté cerca de terminar su carrera internacional, y no lo dudé", declaró a Lusa.
Logró la entrada en el último momento
Ynussa Baldé ni siquiera tenía entrada cuando acudió al estadio da Luz, pero en su mente sabía que aquel era el día ideal para cumplir el sueño que compartía con amigos y familiares en Guinea-Bissau. El joven guineano pudo acceder al estadio porque un padre le vendió la entrada que había comprado para su hijo, quien, en el último momento, renunció a ir al partido, explicó.
La entrada le daba derecho a ver el partido en la tercera planta del estadio Luz, pero en el descanso, Ynussa intentó encontrar la manera de bajar de ese asiento y acercarse al terreno de juego. Tuvo que salir del estadio y volver a entrar para colocarse cerca de uno de los bancos de suplentes.
En uno de los contraataques de Bosnia, Ynussa saltó de la valla, agarró una bandera de Portugal que estaba en un banco de asistencia y cruzó el campo hacia el incrédulo Ronaldo.
Levantó a Cristiano en volandas
"Llegué hasta él, le abracé, le besé las botas. Le pedí que hiciera el 'sí' y aceptó", dijo el joven guineano, en referencia al gesto característico de Ronaldo para celebrar un gol. Ynussa Baldé es un joven delgado, pero levantó del campo a Ronaldo, que dijo sentir que pesaba "quizá 80 kilos", en un abrazo que el propio joven no se explica de dónde sacó tanta fuerza.
Con el partido detenido por el atrevimiento de Balde, ante la admiración de Ronaldo y de los presentes en el estadio, Ynussa Baldé fue conducido a una oficina de la policía, donde se le informó de la infracción que había cometido, que dijo desconocer.
El aficionado tendrá que responder ante un tribunal y podría ser condenado por allanamiento de un estadio de fútbol. El joven africano desaconsejó a cualquiera que quisiera seguir su gesto, pero afirmó que no se arrepiente de lo que hizo."Es un sueño que acabé cumpliendo", señaló Ynussa Baldé.