Tras la quiebra, los leales al club tomaron el relevo, entre ellos Havard Sakariassen, que se jubiló y se convirtió en uno de los directivos. Unos años más tarde, Bodo/Glimt regresó a la máxima categoría y ahora disfruta del mejor periodo de su historia.
Ha ganado cuatro títulos en los últimos cinco años y ha logrado formar a muchos talentos para los equipos más prestigiosos de Europa. Y Sakariassen, como director deportivo del club, está en el centro de todo ello.
"Hace unos años, quizá no hubiera sido muy atractivo para los jóvenes ir a jugar al fútbol fuera del Círculo Polar Ártico. A algunos les habría parecido una locura. Pero ahora es diferente, todo ha cambiado radicalmente", expresa.
"Los jugadores son muy conscientes de que hemos construido algo en los últimos años y están interesados en formar parte de nuestro viaje", explica Sakariassen en una entrevista exclusiva con Flashscore.
"Por supuesto, es cierto que los inviernos son bastante oscuros aquí, en el Círculo Polar Ártico. Pero por otra parte, aquí tenemos veranos muy agradables, así que no hay razón para que nadie tenga miedo de venir", asegura.
Knutsen, figura determinante
La continuidad es la clave de su éxito. El entrenador principal, Kjetil Knutsen, está afrontando su octava temporada en el banquillo, pero el concepto tiene una tradición aún más larga.
De hecho, el Bodo no ha cambiado su formación en 50 años.
"Cuando el equipo ganó la Copa de Noruega en los años 70, jugábamos con un 4-3-3, que se ha mantenido hasta hoy", afirma el director deportivo.

"Por supuesto, probablemente la hemos modificado un poco, pero la base es la misma. El fútbol de ataque está en el ADN de nuestro club, y no importa si jugamos contra un rival de segunda división en la Copa de Noruega o contra un equipo famoso en las copas europeas", expresa.
"De ninguna manera ajustaremos nuestra táctica para un partido y jugaremos de forma descuidada, eso no es posible aquí", continúa el director deportivo.
Al mismo tiempo que el club crecía, Sakariassen tuvo que ajustar su forma de concebir el trabajo, que sigue considerando uno de los momentos más importantes de su carrera como entrenador.
"A nuestra manera"
"Todos tuvimos que demostrar que realmente queríamos ascender. Los traspasos son un ejemplo. Hace seis años era fantástico que un club noruego vendiera a un jugador por un millón de euros", señala.
"Pero había que preguntarse por qué no podíamos vender jugadores por el mismo dinero por el que se van, por ejemplo, de Dinamarca. Y de la mano de eso, también deberíamos atrevernos a invertir más en llegadas", comenta
"Hemos conseguido esta transformación sólo gracias a la valentía de la gente del club", añade Havard.
En los dos últimos años, este cambio de mentalidad ha permitido al club vender juntos a Albert Gronbaek, Faris Moumbagna y Hugo Vetlesen por más de 30 millones de euros.
No obstante, el Bodo/Glimt sigue siendo un club pequeño en comparación con los estándares europeos, pero consigue mantener un rendimiento estable y sorprender de vez en cuando a un rival mucho más famoso en el continente.
"Aquí trabajamos según nuestro credo, que se describe con la palabra 'Vardesmate', traducida como 'a nuestra manera'", dice.
"Intentamos utilizar todo el potencial de la gente del club, gente que viene de Bodo y para la que el éxito del equipo es una cuestión de corazón. Une a todos", apunta.
"Da escalofríos"
"Económicamente, no podemos igualar a muchos de nuestros rivales, pero podemos esforzarnos al máximo para hacerlo todo gratis. Empieza por el ambiente en la cabina y la cultura del club. Eso es absolutamente fundamental para nuestro éxito", cita.
Los aficionados de la ciudad aprecian mucho el trabajo de la gente del club. Además, Sakariassen identifica personalmente a muchos de ellos como vecinos, ya que creció en una casa a 50 metros del estadio y lleva desde los 10 años dando patadas a un balón en el club que ahora dirige.
"Nuestros aficionados son increíbles. En nuestro estadio caben 8.000 personas, y cuando se llena da escalofríos", espeta.
"El 15% de todos los habitantes de nuestra ciudad están en el estadio con nosotros en los partidos más importantes. Creo que es una estadística bastante buena", concluye Sakariassen con una agradable sonrisa.
Él y todo el Bodo/Glimt son un gran ejemplo de que, cuando el fútbol se hace con amor, puede prosperar en cualquier parte, incluso en el Círculo Polar Ártico.