El partido de cuartos de final de la Copa de Polonia disputado el miércoles entre el Legia Varsovia y el Jagiellonia (3:1) prometía ser una final anticipada, pero acabó en una enorme polémica arbitral. Mientras toda Polonia discute los errores, el entrenador del Jaga cierra capítulo y sigue adelante."No voy a caer en la provocación de juzgar el trabajo de los árbitros, nunca lo hago. Por supuesto, la decepción es grande porque hemos perdido. Pero sé qué hacer, en qué centrarme, en qué dirección trabajar con el equipo", declaró el técnico de 33 años tras la derrota. Al Jagiellonia le quedan la Ekstraklasa y la Conference League, y en ellas se centra. Así funciona el club de Bialystok: saca conclusiones y sigue adelante.
El acuerdo perfecto
Antes de la temporada 2023/24, se llevó a cabo una pequeña revolución en el Jagiellonia. Y no se limitó a cambios en la plantilla, sino que afectó especialmente a los despachos. En febrero de 2022, Wojciech Pertkiewicz se convirtió en presidente, quien inmediatamente contrató al director deportivo Łukasz Masłowski. Cuando el entrenador Maciej Stolarczyk se despidió en 2023, ambos no pensaron hacer lo que la mayoría de los clubes polacos: buscar a un técnico experimentado de la Ekstraklasa que actualmente no tuviera contrato. En su lugar, optaron por un ayudante, Adrian Siemieniec, de 30 años. Pero sabían lo que hacían.
Joven, divertido y fuera de serie. Un ejemplo para los demás
Adrian Siemieniec no fue futbolista, pero ya había empezado su carrera de entrenador a los 21 años. Su trabajo sedujo a Ireneusz Mamrot, que le tomó bajo su tutela en 2014, y Siemieniec le siguió por clubes como Chrobry, Jagiellonia, Arka y ŁKS Łódź, hasta que juntos regresaron a Białystok en 2021. Primero dirigió al filial en solitario, antes de sustituir al despedido Stolarczyk en abril de 2023. El paso sorprendió a muchos, ya que el Jaga ocupaba entonces la 14ª plaza con dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso y el fantasma de acabar en segunda categoría planeaba sobre ellos. Siemieniec mantuvo al equipo en la Ekstraklasa y se quedó una temporada más, que resultó histórica.
Bajo su dirección, el Jagiellonia empezó a jugar de forma muy ofensiva. No importaba cuántos goles marcaran sus rivales, lo que importaba era que el Jaga tuviera un gol más al final. Siemieniec desterró la idea de que hay que ser un buen futbolista para llegar a ser entrenador al más alto nivel. El Jagiellonia se convirtió en la revelación de la liga, pero pocos decían que sería capaz de ganar el campeonato polaco. Adrian Siemieniec lo consiguió. En su primera temporada completa como entrenador en la Ekstraklasa, ganó la partida a muchos veteranos y coronó toda la campaña con un título histórico para el Jagiellonia, que nunca antes había sido campeón.
Ganó el campeonato en la última jornada, terminando la temporada con 63 puntos en su cuenta (los mismos que el subcampeón, el Slask Wroclaw) y un balance goleador de locura. El equipo de Adrian Siemieniec anotó hasta 77 dianas en 34 jornadas (sólo superado por los 59 del Pogoń Szczecin) y concedió hasta 45 (incluso el Warta Poznan, que descendió de liga, tuvo menos). El propio Siemieniec, antes de unirse a la fiesta por el título de su equipo tras el último partido de la temporada, acudió al vestuario del Warta para consolar a sus rivales tras la derrota.
Una plantilla amplia, sólida y sin gran presupuesto
El Jagiellonia, como club, marca tendencia en el fútbol polaco. Los de Bialystok no disponen de un presupuesto multimillonario para tirar dinero a diestro y siniestro. Mientras que el Legia tuvo unos ingresos de casi 270 millones de zlotys (65 millones de euros), el Jaga se quedó en la media con 60 millones de zlotys (14,5 millones de euros) y aun así ganó la liga. Allí, cada zloty cuenta, de ahí que los fichajes sean muy meditados, casi siempre sin traspaso.
El Jaga contaba con la base del equipo, que se apoya en la leyenda, Jesús Imaz. El español llegó a Bialystok en el invierno de 2019, cuando el Wisła Cracovia tenía problemas económicos e Imaz era su jugador estrella. A día de hoy, ya ha jugado 206 partidos defendiendo los colores del actual campeón polaco, marcando 90 goles y repartiendo 31 asistencias.

Pero la llegada de Imaz es cosa del pasado. El Jagiellonia se ha especializado ahora en traer "jugadores libres" de calidad y en conseguir cesiones futbolistas importantes para reforzar la plantilla, algo que no era una práctica habitual en Polonia. A los clubes no les gustaba "vender" futbolistas a otros clubes nacionales. El Jaga está cambiando eso. Sabe lo que pueden dar los jugadores de calidad de clubes más grandes para el aquí y el ahora. Esta temporada, futbolistas de la talla de Darko Churlinov, del Burnley, Peter Kovacik, del Como, y Joao Moutinho, del Spezia, fueron cedidos al campeón polaco para toda la temporada. En invierno, el Jaga también ha conseguido la cesión por seis meses de Edi Semedo, del Aris Limassol, y de Enzo Ebosse, del Udinese, mientras que Leon Flach, valorado en tres millones de euros y que jugaba en el Philadelphia de la MLS, también llegó a Bialystok como "agente libre" en la misma ventana.
El gran fichaje del Jagiellonia, en cambio, fue Afimico Pululu. Llegó a Bialystok como "agente libre" en el verano de 2023. Anteriormente había jugado en el Basilea y en el Greuther Furth. Allí no tuvo una gran carrera, pero en el Jagiellonia vieron potencial en él prácticamente a coste cero. Ha funcionado bien. Pululu ha jugado ya 70 partidos con el campeón polaco, en los que ha marcado 30 goles y ha dado nueve asistencias, según Opta, exhibiendo una precisión de tiro del 62,1% y un xG de 5,55. Es especialmente bueno en LK, donde lidera la clasificación de goleadores con 6 dianas.
Ha sido un excelente movimiento para el Podlasie Pride, que ahora cuenta con un gran futbolista y además puede ganar un buen dinero por él con un posible traspaso al extranjero. El angoleño tiene 25 años, por lo que hay potencial de venta en él. Y puede aportar varios millones de zlotys a las arcas, como ocurrió con Bartłomiej Wdowik (traspasado al Sporting de Braga) o Dominik Marczuk (traspasado al Real Salt Lake).
Tras el sorprendente campeonato, pocos creían que el Jagiellonia pudiera permitirse luchar por resultados sólidos, ya que jugar en tres frentes (liga, copa y Europa) solía ser una excusa para obtener resultados inferiores en Polonia. Los entrenadores decían que no tenían suficiente calidad, que no había suficiente descanso. Siemieniec rompió esta línea de pensamiento, con una sonrisa de oreja a oreja. Bajo su dirección, el Jagiellonia superó play-off de la Conference League, donde se enfrentará al Cercle Brugge en octavos de final. Son terceros en la tabla de la Ekstraklasa, con una desventaja de dos puntos respecto al líder (tienen el mismo número de puntos que en la temporada del campeonato), y la eliminación de la Copa de Polonia se produjo tras un partido entre los dos principales favoritos.

Para Siemieniec, no hay excusa por el hecho de tener que jugar cada dos por tres. Su equipo sale al césped y lo da todo. Sólo tiene 33 años, así que está al principio de su carrera de entrenador, y ya puede ser un ejemplo no sólo para la nueva generación de entrenadores, sino también para abrir las mentes de la vieja escuela. Alguien podría decir que la cooperación profesional entre director, presidente y entrenador es algo normal, pero no en las condiciones que hay en la liga polaca. El Jaga ha demostrado que un esquema así permite alcanzar el éxito muy rápidamente, y por eso los aficionados de todo el país sueñan con que se convierta también en una norma en sus clubes.