En el verano del 2010, Alianza Lima logró lo que tanto se le exige en estos días: tener su noche soñada de Copa Libertadores pintada de blanco y azul. Y fue en el Alejandro Villanueva -más conocido como Matute-, mítico estadio aliancista que este 27 de diciembre cumple 50 años, donde consiguió la hazaña de golear por 4-1 a Estudiantes de La Plata, que venía con el parche de campeón vigente del torneo continental.
Matute está de cumpleaños y uno de los mejores recuerdos -de los tantos que disfrutó el hincha aliancista a lo largo de estas cinco décadas- se centra en aquella histórica noche frente a Estudiantes, por lo que significó en esa temporada, la última en la que accedieron hasta los octavos de final; además de ser uno de los últimos triunfos en la Libertadores.
El partido
Desde el primer momento, el cuadro argentino la pasó. Su viaje hacia Lima fue un augurio de lo mal que la pasarían. Su avión tuvo que aterrizar de emergencia en Tacna para recargar combustible. "Los tenemos estudiados", aseguró el técnico Alejandro Sabella sobre Alianza, pero sus apuntes no sirvieron para lo que vivió el 18 de febrero del 2010 en Matute.
Los 'Pincharratas' venían de disputar la final del Mundial de Clubes ante el Barcelona, que les ganó en tiempo complementario, y en la primera fecha de la Copa habían tumbado al Aurich por 5-1. Se plantaron en el campo de La Victoria con figuras como Sebastián Verón, Clemente Rodríguez y el goleador Mauro Boselli.
Las arrancadas de Wilmer Aguirre, el grupo de José Carlos Fernández, los gestos de Gustavo Costas y, sobre todo, los cánticos de toda la hinchada están tatuados en la mente de quienes acudieron al recinto victoriano.
Fue la noche del 'Zorrito', sin dudas. Hat-trick con el que los íntimos remontaron el gol inicial de los argentinos tras un error de Vidal Sosa apenas a los siete segundos. Tres corridas mortales y tantas otras de gran peligro. Cerró el marcador con el definitivo 4-1 José Carlos, a quien este torneo le tenía guardado muchas más celebraciones.
La performance de Aguirre sorprendió al continente. Tres goles a base de velocidad y potencia. Con la derecha, con la zurda. Dejando tendido a Cellay o 'quebrando' la cintura de Desábato. Y como cereza del postre, asistencia a José Carlos para el cuarto tanto.
Fue la noche del "es un monstruo, es un rayo" de Mariano Closs, relator de Fox Sports. Del "este estadio es una caldera" y de llegar a catalogarlo como el 'Messi negro'. "Un jugador excepcional", para Fernando Niembro.
Tres goles, los únicos que marcó en esa Copa Libertadores, pero suficientes para despertar el interés de clubes extranjeros. A mitad de año se marchó al San Luis de México, en la que fue su segunda salida del país, tras jugar en el Metz francés entre el 2006 y 2008.
Han pasado 14 años y en Alianza Lima no dudan en seguir recordando aquella noche histórica. Matute, que hoy celebra sus Bodas de Oro, festejó a lo grande aquel día en el que un 4-1 se metió en la historia de uno de los mejores estadios del Perú.