Tras pedir a sus compañeros que jueguen y ganen también por él el derbi toscano de la Coppa Italia contra el Empoli, Edoardo Bove verá esta noche el partido por televisión. Y lo hará junto a su personalísima curva, la formada por su padre Giovanni y su madre Tania.
Al fin y al cabo, en este momento nadie más que ellos anima al centrocampista morado, aquejado de una enfermedad durante el partido de campeonato disputado y suspendido a los 17 minutos entre la Fiorentina y el Inter. A diferencia de su hijo, que, como es normal, ha dejado claro que no ve la hora de volver a los terrenos de juego, los padres de Edoardo sólo esperan su alta hospitalaria, que sería sinónimo de peligro evitado.
Y es precisamente en este frente en el que los médicos del Hospital Careggi de Florencia están concentrando sus esfuerzos. La consigna, sin embargo, es la prudencia. El futbolista, según el último boletín médico que salió por la tarde, está fuera de cuidados intensivos (para ser precisos, se ha trasladado a una sala llamada UTIC, que se encuentra en un nivel de delicadeza inferior), pero su alta no se producirá antes de hoy. El equipo médico, de hecho, primero quiere leer detenidamente los resultados de las últimas pruebas cardíacas a las que se ha sometido el central romano.
Sin embargo, como decíamos, a las nueve de esta noche, Edoardo estará sintonizado en el Franchi y leerá con gusto la pancarta que le está preparando la afición morada, que también espera volver a verle pronto sobre el terreno de juego.
Máxima cautela
Pero vayamos al grano: ¿es realista pensar que Bove pueda volver a los terrenos de juego? Cualquier conclusión, tal y como están las cosas, sería ciertamente precipitada. No en vano, el centrocampista viola pasó otra noche en cuidados intensivos, y la sensación es que pasarán más de unos días antes de que le veamos de nuevo en la calle.
Lo que sí se puede afirmar con certeza es que, de haberle sorprendido la misma enfermedad en la calle, las cosas podrían haber sido mucho peores: decisiva, de hecho, fue la rápida intervención del personal médico siempre presente en la banda. Pero también hay que decir que el esfuerzo físico pudo ser la causa de la enfermedad.
La buena noticia es que los primeros "exámenes cardiológicos y neurológicos han descartado daños agudos en el sistema nervioso central y en el sistema cardiorrespiratorio". El primer diagnóstico,'torsión de la punta', es una forma de taquicardia ventricular que podría haber sido causada por los bajos valores de potasio que se le encontraron, aunque no es la hipótesis que se considera más probable.
Ciertamente, si se tratara única y exclusivamente de hipopotasemia, Bove no tendría ningún problema para volver al campo. Muy diferente, en cambio, es el senario, si se encontrara una miocardiopatía genética, que podría conducir a la implantación de un desfibrilador subcutáneo. En este caso, de hecho, el precedente de Christian Eriksen deja pocas dudas y, por tanto, Edoardo tendría que decir adiós a su sueño. Al menos en Italia.
La dedicatoria de Dodo
El brasileño, Dodo, quiso dedicar una historia en Instagram a su compañero de equipo. Dodo colgó una previa del Fiorentina vs Empoli, con la camiseta número cuatro de Bove y la frase: "Para ti hermano", como queriendo decir que los viola saltarán al campo por su compañero.