Giuliano Simeone (22) fue uno de los artífices de que el Atleti sentenciara pronto la eliminatoria de cuartos de final ante el Getafe. El argentino abrió el marcador, de cabeza y casi sin saltar, tras recibir un centro de Javi Galán.
Después, en una conexión albiceleste, Julián Álvarez abrió el balón a Rodrigo De Paul, que asistió a Giuliano, para que entrara como un puñal en el área y batiera de disparo cruzado a Jiri Letacek.
Incluso pudo hacer un hat-trick, en el caso de no haber mediado el VAR por un fuera de juego milimétrico de Galán. Su padre le sustituyó el minuto 60 y el Metropolitano se vino abajo: "Ole, ole, ole, Giuliano Simeone".
Humildad
Y es que a su sacrificio y lucha, le está añadiendo gol. Ya ha anotado en las tres competiciones. En la Champions se estrenó la semana pasada abriendo la lata ante el Salzburgo. A este doblete en Copa hay que añadir otro gol en Liga frente a Las Palmas.
Al término del encuentro no ocultaba su alegría. "Estoy muy contento de estar acá, de pasar esta noche acá en el estadio. La verdad que fue una locura. Primero agradecer a todo el equipo. Hicimos un esfuerzo enorme por más que el resultado haya sido tan grande. No fue fácil. Estuvimos trabajando mucho, estamos contentos y ahora a disfrutar".
Sin embargo, hizo gala de un gran humildad y se mostró con los pies en el suelo en todo momento. "Estoy contento. A pensar en las cosas que tengo que mejorar. Tengo muchos defectos, que son pequeños detalles y quiero mejorar día a día".