Centro de datos del Häcken-Rayo Vallecano
Un 0-3 en el Ciutat de València cerró el círculo del gran plan de Íñigo Pérez. Ante el Levante, el técnico rayista optó por mezclar a jugadores habitualmente titulares con otros con menos minutos.
El gran resultado permitió que, en el partido de la Conference ante el Häcken, repitiera la fórmula. Trejo, Camello o Gumbau fueron de la partida.
Los suecos no llegaban en su mejor momento. Novenos en su liga local y con un empate a sus espaldas, recibieron al conjunto de la franja en su gélido Gamla Ullevi de Gotemburgo.
Empate y da gracias
La puesta en escena de los vallecanos dejó bastante que desear en los primeros minutos. Entre Ciss y Joshua Vertrouwd fabricaron la primera para los locales, pero, por suerte para los madrileños, Svanbäck cometió el primer regalo de los escandinavos, que no sería ni mucho menos el último.
El central neerlandés se redimió rápidamente cuando Brusberg se aproximó con malas intenciones a la meta del Rayo.
Tanto perdón no iba con los visitantes, que a la primera castigaron con eficacia. Balliu encontró a Camello, que, caído a banda, habilitó a Álvaro, el de siempre, para que rematara a puerta vacía al cuarto de hora.
La contundencia estaba marcando el resultado, pero el Rayo pareció empeñado en igualar el choque. Sobre todo Ciss, que parecía decidido a darle una mano a los del norte de Europa: dejó solo a su delantero titular, que, incomprensiblemente, mandó por encima del larguero una ocasión clarísima.
Tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe. Eso ocurrió cuando Lindberg le cambió los papeles a Álvaro y decidió retarle a un duelo de baile. El local se salió con la suya y remató al primer palo para firmar el empate antes del descanso.
Entre Álvaro y Ratiu salvan los muebles
El Rayo no mejoró tras la regañina que debió recibir de Íñigo Pérez, ya que Batalla siguió siendo agobiado. El joven punta del Häcken encontró el dulce premio que pudo saborear en la primera mitad, pero que había desperdiciado por su falta de precisión.
Lindberg, el mejor del encuentro, le puso un caramelo en forma de centro raso que el número 39 solo tuvo que empujar lanzándose al suelo.
Pedro Díaz y De Frutos elevaron el nivel del Rayo Vallecano. A punto estuvo el asturiano de sorprender a Berisha con un disparo lejano.
Batalla tuvo que ponerse el mono de trabajo para mantener a los suyos con algo de vida en el encuentro, pero la dinámica era opuesta a la de los primeros 45 minutos: el Rayo había despertado.
El oxígeno que el argentino dio a su equipo pudo traducirse en puntos tras una gran falta cerca del área. De Frutos rozó el 2-2 con una fantástica volea que pasó a escasos centímetros del poste izquierdo.
La polémica llegó a dos minutos del final. De Frutos, muy protagonista tras su ingreso, pidió penalti después de ser arrollado dentro del área, pero ni el VAR ni Bandic consideraron que el contacto fuera suficiente para señalar la pena máxima.
Fran Pérez firmó la última del partido. Un córner que cayó en las inmediaciones de Berisha terminó en las botas del extremo, cuyo disparo se marchó alto y, con él, las opciones de empate del Rayo.
O eso parecía, porque Álvaro sacó petróleo en la última jugada del partido. En una volea a media vuelta pidió un penalti tras recibir un planchazo en el momento del remate. Tras muchos minutos de tensión, el VAR actuó y el Rayo recibió la buena nueva: penalti.
Ratiu fue el encargado de materializarlo y se mostró muy tranquilo segundos antes de rematar. El rumano cruzó el balón, engañó a Berisha y rascó un empate para los madrileños.
Jugador Flashscore del partido: Lindberg (Häcken).