El Artemio Franchi será el escenario entre verdiblancos y violas. La ventaja inicial es favorable a los primeros, si bien con solo tanto que se antoja insuficiente para vivir una velada plácida.
No es que los italianos necesiten una gran remontada y deban lanzarse a la desesperada. Al contrario, podrían incluso esperar a la última media hora para intentar avasallar, si es que se dejan, a los de Pellegrini.
Los últimos 30 minutos como factor decisivo
Si la Fiorentina es capaz de contener los principales escollos ofensivos del Betis, podrá mantenerse en el partido hasta el final, reforzado por una estadística que da confianza. Ningún equipo, de hecho, ha marcado más goles que los viola en los últimos 30 minutos de partido en esta edición de la Conference: 14 goles, con uno en la última media hora en 10 de los 13 partidos disputados, incluidos los cuatro últimos.
Un factor que puede resultar decisivo, sobre todo teniendo en cuenta que el Betis es el equipo que más goles ha encajado en el último cuarto de hora (cinco). Una tendencia que alimenta las esperanzas locales de remontada en este partido de semifinal.
Será, en cualquier caso, un desafío muy espectacular en el Franchi, donde se enfrentarán dos equipos seguros de sí mismos, protagonistas de una sólida actuación ofensiva en la escena europea. La Fiorentina ha marcado en todos los partidos disputados esta temporada en esta competición, mientras que el Betis ha estampado su sello en cada uno de los cinco últimos.

El balance de los de Palladino en casa también es sonriente: cuatro victorias y un empate en sus cinco partidos europeos en casa, y una racha positiva de siete resultados útiles consecutivos en todas las competiciones como local. El Betis, por su parte, ha cosechado tres victorias, un empate y dos derrotas en sus encuentros a domicilio de la Conference, y llega al Franchi con la fuerza de una racha de ocho victorias consecutivas fuera de casa.
Todo sigue abierto. Y para decidir quién volará en la final, como suele ocurrir en las noches europeas, podría bastar un destello. O una chispa en los últimos 30 minutos.