Jugar la máxima competición europea a nivel de clubes es un premio, tanto a nivel deportivo como económico, pero lo cierto es que también puede ser muy frustrante. Y sobre todo para conjuntos que acostumbran a ganar y destacar en sus respectivas ligas nacionales, una realidad que nada tiene que ver a la de esos encuentros de martes y miércoles.
El caso del plantel eslovaco es muy representativo: lidera en la Nike Liga y ha perdido los ocho duelos de Champions -balance de siete goles a favor y 27 en contra, ligeramente mejor respecto al de un RB Salzburgo que sí ha ganado-. El tanto anotado por Marko Tolic frente al Bayern de Múnich (3-1) supo a gloria y hasta éxito.
Lo cierto es que el Slovan salió mal parado en la jornada inaugural, con un duro 5-1 en su visita al Celtic, y sufrió otro contundente 0-4 ante el Manchester City. Además, el Dinamo de Zagreb se lució en Bratislava (1-4) y el Girona logró su único resultado positivo ante la escuadra eslovaca (2-0), que sucumbió también contra Milan (2-3), Atleti (3-1) y Stuttgart (1-3).

Sorprende todavía menos la situación de los suizos debido a que son novenos en el torneo doméstico, un rendimiento muy pobre que han arrastrado más allá de las fronteras nacionales. Sus tres dianas a favor, el peor registro de entre los 36 participantes (anotaron frente a Shakhtar, Atalanta y Stuttgart).
El Barcelona y el citado plantel de Bérgamo se recrearon al vencer por 5-0 y 1-6, respectivamente. El Aston Villa, por su parte, se mostró también en un gran estado en Berna (0-3) y el Inter sufrió bastante más de lo esperado a finales de octubre (0-1). Frente a oponentes más asequibles como Celtic de Glasgow (1-0) o Estrella Roja (0-1) tampoco pudieron sumar.