Centro de datos del Atlético de Madrid-Inter de Milán
Cinco victorias consecutivas avalaban a los del Cholo antes de uno de los duelos más exigentes que iban a afrontar en la fase de liga de la Champions League. Ante el Liverpool y el Arsenal, el examen acabó con nota suspensa, pero el Metropolitano representaba un fortín que el Inter ya conocía de pasadas ediciones.
Los nerazzurri llegaban con 12 puntos en la máxima competición europea, pero tras una dolorosa derrota en el derbi della Madonnina. Los interistas cayeron actuando como locales ante el Milan, con el resquemor añadido de haber perdido la oportunidad de sacar un punto desde los 11 metros.
Gallagher y Cardoso fueron las grandes sorpresas que incluyó Simeone en su alineación. Giuliano, que se perdió el partido ante el Getafe, volvió a la titularidad.
Musso vuela y la araña pica
Dos finales en los últimos tres años ya eran un buen cartel de presentación de los italianos, pero Dimarco, que ya sabe lo que es mojar en este estadio, pensó que dos ocasiones claras en apenas dos minutos eran otro buen método de infundir miedo en las gradas madrileñas.
Musso, con una buena palomita, salvó la primera de forma solvente. La segunda se marchó por línea de fondo cuando el carrilero cruzó demasiado su remate.
No dio tiempo a que los nervios se apoderasen de los rojiblancos. El cholito cabalgó la banda derecha y puso un centro lateral que Carlos Augusto quiso despejar. El esférico salió disparado hacia la barriga de Baena, que dejó muerto el balón en el área pequeña. Julián olió la sangre y fue el más rápido en aprovechar la oportunidad de abrir la lata, superando a Sommer con un chut cruzado.
Lexetier señaló que el balón había dado en la mano de Baena, pero el VAR, tras unos minutos, le llamó para corregir su error. Las celebraciones, que se pararon de golpe, brotaron de nuevo de la misma manera.
Los de Chivu se apoderaron de la pelota, sometieron a los locales y exigieron a Musso con algún que otro tímido disparo. Giuliano, a veces pasándose de pillo, fue el que más sensación de peligro generaba ante la zaga milanesa.
Dimarco, con ganas de aguar la fiesta colchonera, estuvo a punto de lograr el empate en una de las últimas de la primera mitad. El internacional italiano remató buscando la escuadra izquierda del meta argentino del Atleti. Musso hizo la estatua: nada podía hacer. Con los alientos contenidos, los aficionados atléticos volvieron a sonreír cuando vieron que el disparo se marchó rozando la madera.
Un caza uruguayo sobrevuela Madrid
Al igual que en la primera mitad, salió mejor el Inter. Barella tuvo la primera, estrellando una volea en el larguero, y Dimarco volvió a probar a Musso, que frustró sus intenciones. Esta vez duró más la confusión de los rojiblancos y los del norte de la bota no dudaron en canjear el premio.
Una buena triangulación entre Bonny y Zielinski acabó con el polaco subiendo el 1-1 al marcador con una buena definición al palo largo.
El Cholo cambió la estrategia e hizo tres sustituciones. Sirvió, porque el Atleti mejoró y empezó a vivir más en campo rival.
Los centros laterales se convirtieron en un gran rompecabezas para los de Chivu. Primero avisó Giuliano conectando un gran centro de Ruggeri.
Sorloth, con un remate complicado, volvió a ganarle la partida a los centrales del Inter, pero su remate se marchó alto, como el anterior del argentino. La última de estas características la firmaron Pubill y Griezmann: el lateral puso un buen centro raso y el '7' dejó a su marca atrás con un gran control. El galo erró después, enviando su disparo al muñeco.
Los visitantes también amenazaron con algún contragolpe y varios córners en la recta final del choque.
El cansancio físico menguó la intensidad de los últimos minutos y ambos equipos daban el 1-1 por bueno. Hasta que en el último suspiro, Giménez se vistió de su compatriota, el faraón Godín. El charrúa se elevó por encima del cielo y firmó un golazo a centro de Antoine Griezmann en el descuento del partido.
Jugador Flashscore del partido: Giménez (Atleti).