Resultaba difícil anticipar la lluvia de touchdowns teniendo en cuenta que Las Vegas Raiders venía de perder por un ridículo 0-3 contra los Minnesota Vikings hace tan sólo cuatro días. Mismo entrenador, mismo quarterback, misma plantilla, pero resultado completamente opuesto. Una de esas historias que únicamente nos encontramos en la NFL.
Todo quedó visto para sentencia en una primera mitad en la que los de Nevada echaron del campo a los californianos con un parcial de 41-0 al descanso. A partir de ahí, nada más que tuvieron la tarea de gestionar la renta contra unos Chargers que no disponían de Justin Herbert, su mariscal titular, baja para lo que resta de temporada.
La ausencia de su referente en ataque no debió ser excusa para que la defensa de Los Angeles permitiera más de 60 puntos, pero Aidan O’Connell aprovechó la desconexión para darse una alegría con 248 yardas de pase y cuatro servicios de touchdown. También se unió a la fiesta el receptor Jakobi Meyers, que además de recoger un balón en la zona prometida, tuvo un 2/2 en pases y entregó una anotación.
Ya en la segunda mitad, la intensidad local se redujo un poco para evitar lesiones indeseadas y el quarterback angelino pudo hacer números para maquillar el casillero visitante. Easton Stick lanzó para 257 yardas y repartió tres touchdowns.
La victoria mantiene a los Raiders con una mínima esperanza de estar en Playoffs si ganan todo lo que les queda por jugar. Aún así, ambos conjuntos siguen en el fondo de la AFC Oeste con récords de 6-8 en el caso de Las Vegas y 5-9 en el de Los Angeles.