Como la mejor defensa es un buen ataque, la Federación Francesa de Fútbol (FFF) anunció este martes que pretende denunciar los insultos racistas que sus jugadores han tenido que sufrir en las redes sociales tras la derrota ante Argentina en la final del Mundial de Catar.
"Tras la final de la Copa del Mundo, varios jugadores del equipo francés fueron objeto de inaceptables comentarios racistas y de odio en las redes sociales. La FFF los condena y presentará denuncias contra sus autores", escribió la FFF en su cuenta oficial de Twitter.
Hay varios jugadores Bleus que llevan desde el pasado domingo en el punto de mira de los comentarios negativos. Tanto Kingsley Coman como Aurélien Tchouaméni fallaron sus penaltis en la tanda decisiva de la final y Randal Kolo Muani tuvo la mejor ocasión del partido en los instantes finales de la prórroga, pero un pie providencial del Dibu Martínez evitó el que habría sido el segundo Mundial consecutivo para la selección europea.
La avalancha de insultos fue tal que Kolo Muani optó por desactivar los comentarios de su cuenta de Instagram para frenar el acoso, y el Bayern Múnich no tardó en salir en defensa de su futbolista Coman, también a través de un tuit:
"El FC Bayern condena enérgicamente los comentarios racistas hacia Kingsley Coman. La familia del FC Bayern te apoya, King. El racismo no tiene cabida en el deporte ni en nuestra sociedad", aseguró el club germano, a diferencia del Real Madrid, que no emitió ningún comunicado en defensa de Tchouaméni.
Los insultos, algo habitual tras las derrotas
No es la primera vez que algunos usuarios de las redes sociales arremeten contra algún jugador tras un mal resultado o una actuación mejorable. La misma estrella francesa, Kylian Mbappé, pasó por el mismo mal trago al errar su penalti en la tanda de octavos de final de la pasada Eurocopa contra Suiza, algo por lo que el atacante del Paris Saint Germain le reprochó a la FFF su falta de apoyo.
Y no solo en Francia ocurren estas situaciones. Por poner otro de los muchos ejemplos posibles y sin alejarnos de la Eurocopa de 2021, la final entre Italia e Inglaterra, que de nuevo se decició en la tanda de lanzamientos desde los 11 metros, acabó con Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fallando sus tiros, lo que supuso la derrota del combinado británico y un nuevo aluvión de comentarios racistas hacia estos tres jugadores.