Las sensaciones no fueron buenas durante este fin de semana, aunque Aleix Espargaró consiguió entrar en la Q2 este sábado. Sabía, por lo ocurrido durante las anteriores carreras, que sus opciones iban a ser escasas de cara al Gran Premio de Sepang. El hecho de salir en décima posición, justo por detrás de Francesco Bagnaia, era el anticipo de algo que ya se veía venir: decir adiós al Mundial matemáticamente.

La carrera tampoco se le ha dado mucho mejor al piloto de Aprilia Racing, que celebró de forma amarga su Gran Premio número 300. "Ganar el Mundial era un sueño y ha estado muy cerca, pero no hemos estado a la altura al final. Lo que más me frustra es no saber por qué. No soy capaz de sacar conclusiones concretas. Yo conduzco igual, como Maverick, pero la moto no funciona. Estoy bastante triste", explicó ante los micrófonos de DAZN.

Espargaró reconoció que Pecco y Fabio "han sido los mejores" y que hoy era "imposible" seguirles con los neumáticos nuevos, aunque apenas hizo referencia a lo ocurrido en Sepang, más bien echó la vista atrás y repasó el mal rendimiento en las últimas citas. Resignado, las calificó como "muy extrañas" al no ser competitivos. "Es increíble después del año que hemos hecho. Me hubiese gustado acabar en el mismo nivel porque nos lo hemos merecido. Hemos dado un enorme paso atrás y no sé por qué, pero hay que entenderlo. Tengo dos años más de contrato", indicó.

Por último, también hizo referencia al golpe que recibió por parte de Morbidelli, quien ya afrontaba la carrera de este domingo con dos sanciones de long lap tras entorpecer a algunos de sus rivales en la clasificación del sábado. Así lo explicó Aleix Espargaró: "En Tailandia me chocó tres veces. No entiendo muy bien lo que está haciendo. Se va paseando por la pista, choca... Creo que ha sido justo que me devolvieran la posición (de undécimo a décimo)".

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