Dos años después de que España y Noruega se enfrentaran en los cuartos de final del Mundial de 2021 de Egipto, ambas selecciones tenían una cita en la misma ronda de la edición mundialista de 2023 en el ERGO Arena de Gdansk.
El combinado nórdico llegaba al todo o nada de los cuartos en una gran racha de 11 victorias consecutivas y se notó su gran estado de confianza porque comenzaron el duelo, un clásico del balonmano europeo (44 enfrentamientos previos) haciendo buenas las palabras del seleccionador español, Jordi Ribera, que había destacado que Noruega era un equipo “que abre muy bien las defensas rivales”, por lo que la capacidad defensiva era algo primordial.
Pero en los primeros minutos se impuso el ataque noruego gracias a su gran ritmo y velocidad, que les supuso varias situaciones de ventaja para sus extremos y lograron marcharse en el marcador hasta el 6-2 que obligó a Ribera a pedir el primer tiempo muerto para ordenar a sus hombres.
Las dos tempranas exclusiones de Sagosen, la estrella nórdica, que provocaron que su equipo jugara sin portero en varios ataques, no pilló por sorpresa a los españoles, que mejoraron en defensa, robaron balones y pudieron empatar con goles “gratis” a portería vacía.
Llegaron a ponerse los Hispanos por delante gracias al buen hacer de Ángel Fernández y de Álex Dujshebaev, que anotaron cuatro goles cada uno en los primeros 30 minutos, aunque España llegó por detrás en el marcador (13-12) por culpa de la buena primera mitad de los extremos noruegos, Bjornsen y Barthold.
El segundo tiempo continuó con la misma igualdad que acabó el primero, aunque con Noruega siempre llevando la delantera salvo en el 20-19 con el que España logró ponerse por delante. En esta fase del partido, los dos porteros, tanto Bergerud como Gonzalo Pérez de Vargas, subieron el nivel y no permitieron ninguna racha a los atacantes rivales.
A tres minutos de final pareció llegar el fin para España. Con superioridad numérica y 25-24 abajo, los Hispanos desaprovecharon el penalti del empate en el que fue el cuarto fallo desde los siete metros de cinco intentos en el partido y, en la siguiente jugada, llegó la exclusión de Sánchez-Migallón, por lo que los de Ribera acabarían los 60 minutos reglamentarios con inferioridad.
Una nueva parada de Pérez de Vargas en el último minuto le permitió al seleccionador nacional pedir tiempo muerto para preparar la última jugada, que se saldó con un tiro demasiado forzado de Álex Dujshebaev a menos de 30 segundos, por lo que la victoria para Noruega parecía clara.
Pero a veces el deporte depara milagros y en Gdansk se pudo ver uno, aunque más bien pudo ser considerado como un regalo. Con todo a su favor para ir hacia la portería de Gonzalo, O'Sullivan pecó de conservador y los árbitros pitaron pasivo. Quedaban cinco segundos y el balón le llegó rápido al pequeño de los Dujshebaev, Dani, que marcó el empate sobre la bocina y forzó la que sería la primera prórroga.
En el primer tiempo suplementario, la igualdad volvió a ser la tónica dominante, pero las estrellas de la selección española dieron otro paso al frente. En los dos minutos finales, dos grandes paradas del portero Hispano en un extremo de la pista y un gol de Álex Dujshebaev en el otro parecieron que iban a darle el triunfo a los suyos, pero esta vez fue Noruega la que empató a última hora para que se jugaran otros 10 minutos más porque Joan Cañellas no pudo marcar un golpe franco con el tiempo ya cumplido.
El intercambio de golpes continuó en la segunda prórroga, con ninguna de las dos selecciones consiguiendo escaparse en el marcador, aunque era España la que llevaba la iniciativa pese al recital de Bjornsen, que acabó el encuentro con nueve goles. Pero otro gol de Dani Dujshebaev, que puso el 35-34 final, seguido de una espectacular intervención del héroe patrio, Gonzalo Pérez de Vargas, hicieron que no se llegara a la tanda de penaltis porque los Hispanos se metieron en semifinales, donde se las verán con la potente selección de Dinamarca, que machacó a Hungría 40-23.