A sus 37 años se hace harto improbable ver a Luka Modric dentro de tres años y medio disputar el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá. Estaría a punto de cumplir 41 y puede que su vida vaya ya por otros derroteros alejados del césped.
Aunque quién sabe. Porque viéndole jugar, con ilusión y con un físico que lo aguanta todo, lo mismo la utopía se convierte en realidad. Ya dijo en la previa del duelo ante Marruecos su seleccionador, Dalic, que quería convencerlo para alargar su carrera internacional hasta la próxima Eurocopa, en 2024.
Y, de momento, parece que Modric, que no se había pronunciado aún sobre su futuro con los arlequinados, va a continuar un poco más, como él mismo ha declarado. "Por lo menos quiero seguir hasta la Liga de Naciones y luego vamos a ver".
Cerrar una etapa gloriosa con un subcampeonato del mundo en Rusia y con una medalla de bronce cuatro años después en Catar no está al alcance de cualquiera. Aunque Luka tiene la espinita de no haber sido campeón y parece querer intentarlo otra vez. "Puede ser (mi último Mundial), pero no puedo decir nada. Estoy muy contento por toda mi trayectoria en Croacia".
El genio del Real Madrid tiene para todo. Desde que el balón del Mundial comenzó a rodar, ha jugado casi todo lo posible. ¿Por qué no seguir prolongando ese idilio un poco más?
Los minutos de Modric
El primer encuentro, también ante Marruecos como el último, jugó los 90 minutos. Era el 23 de noviembre. Cuatro días después se mantuvo 85 minutos en la victoria ante Canadá. No hacía falta mantenerlo en el campo con el contundente 3-1, que luego sería un 4-1, que reflejaba el marcador. El trabajo no estaba concluido en la fase de grupos, así que vuelta a jugar el choque completo ante Bélgica (0-0).
Con el deber cumplido y su país en octavos, Modric tuvo que emplearse a fondo ante Japón. Después de los 90 reglamentarios, sumó otros 9 en la prórroga antes de ser sustituido por Majer. Los penalties ante los nipones los vio desde el banquillo.
Pasó Croacia y, cómo no, Dalic tiró de él otros cuatro días después. Enfrente, la gran favorita, Brasil. ¿Y Modric? 120 minutos y una tanda de penaltis en la que ni él ni sus compañeros fallaron para eliminar a la Canarinha y pasar a las semifinales.
Las piernas de Luka también respondieron contra Argentina, quizá uno de sus peores recuerdos con su selección. Fueron 80 minutos y se marchó del campo cuando ya no había opción ninguna de pasar a la final. Lo único agradable, la ovación de todo un estadio puesto en pie. Merecida.
Se hablaba de que ese partido por el tercer y cuarto puesto no interesaba lo más mínimo. Nada que ver con la realidad, significaba mucho para los croatas llevarse esa medalla de bronce. Y Modric aguantó estoicamente todo el encuentro para ayudar a ganar (2-1) y llevarse su recompensa.
Nadie podría decir viéndole jugar que tiene 37 años... ni tampoco, después de escucharle, que no jugará la próxima Copa del Mundo.