El Real Madrid, octacampeón del mundo (5-3)

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El Real Madrid, octacampeón del mundo (5-3)

Actualizado
El Real Madrid celebra su título de campeón del mundo
El Real Madrid celebra su título de campeón del mundo AFP
El Real Madrid se ha proclamado campeón del mundo por octava vez en su historia al vencer al Al Hilal por 5-3 en un partido en el que demostró su enorme superioridad, pero se complicó por su propia relajación. Vinicius y Valverde firmaron un doblete en la goleada que completó Benzema. En los saudíes anotaron Marega y Vietto, este por partida doble.

Las finales no se juegan, se ganan. Y el Real Madrid, a nivel internacional, se ha acostumbrado a ganarlas todas. Quizá fue el aura de campeones que desprenden el que hizo que durante los primeros 20 minutos no hubiera más equipo que el blanco. Una exhibición de poderío, de control, de dominio y de efectividad. Los del Al Hilal parecían juveniles contra mayores. Ni rastro de los que acabaron con el sueño del Flamengo. 

Nada más empezar el encuentro fue Valverde el que avisó. Se veía al uruguayo con la flecha hacia arriba, siendo más Halcón que Pajarito desde el extremo derecho. Más liberado que en medio campo, formó tridente con Vinicius y con el recuperado Benzema. Y esa primera línea de presión dio sus frutos a los 12 minutos. Benzema hizo una pared con Valverde y asistió al hueco a un Vinicius que definió de maravilla.

Vinicius celebra el primer gol del partido
Vinicius celebra el primer gol del partido AFP

El tanto pareció despertar a los saudíes. Encerrados atrás, su plan era esperar algún error para montar contragolpes. No inventaba nada Ramón Díaz, su técnico. Y así apareció Vietto en la frontal para asustar a Lunin, que cumplía 24 años jugando como titular. Sin embargo, el Madrid estaba tan cómodo que seguía atacando y atacando, con una presión en bloque altísimo para ahogar al rival. 

Hubo premio cinco minutos después, en el 17, con un Valverde que voleó un rechace que se convirtió en imparable tras rozar en un defensor. 2-0 y final encarrilada. O eso parecía. Olía a goleada de escándalo a poco que los de Ancelotti mantuvieran el nivel y el compromiso… y no se relajaran. 

Relajación... y gol de Marega

Pero se vieron tan superiores que Camavinga y Carvajal empezaron a dejar solos en defensa a Rudiger y Alaba con Marega. Esta bestia de la naturaleza, después de un cambio táctico que lo volcó a la derecha, no iba a desaprovechar el espacio que le dejaron los centrales y se plantó en el área con potencia y velocidad para batir a Lunin en el mano a mano y meter a los suyos de nuevo en la final con el 2-1.  

Marega, luchando con Alaba
Marega, luchando con AlabaAFP

Le costó reaccionar al Madrid. En parte por su propia culpa. En una final, con el enemigo en trincheras y asustado, no se puede perdonar. Se lo creyó entonces el cuadro árabe, que siempre buscaba a Marega, ahora más vigilado y aun así peligroso trayendo de cabeza a los centrales. 

Tuvo que resetear la escuadra merengue, buscar más a Kroos y a Modric para poner la pausa y conectar con los de arriba. De ahí al descanso, la más clara para marcar la tuvo Benzema tras un buen centro de Valverde. El remate del francés, al que se veía lento de movimientos, se escapó por poco.

Benzema perdona una, pero dos...

Benzema y Vinicius celebran el tanto del francés
Benzema y Vinicius celebran el tanto del francésAFP

El descanso pareció sentarle mejor a los de Ramón Díaz. El Madrid no se encontraba a sí mismo. Necesitaba la aparición de alguna de sus estrellas para dar un golpe de autoridad. Y ese llegó con Modricius, perdón, con Vinicius dando una asistencia maravillosa con el exterior a Benzema para que, ahora sí, el galo anotase el tercer tanto tras adelantarse a toda la defensa.  

Ese 3-1 fue un varapalo para los saudíes. Enseguida, apenas tres minutos después, llegaría el cuarto, por si acaso. Carvajal recordó al de sus mejores tiempos, corrió la banda sin oposición y la puso perfecta para que Valverde, como ariete, sólo tuviera que empujar la pelota.

Valverde, con un toque sutil, marcó el cuarto
Valverde, con un toque sutil, marcó el cuartoAFP

Con 4-1 parecía la final sentenciada. Pero se despistó Alaba y dejó un espacio a su espalda que aprovechó Vietto para encarar a Lunin y recortar de nuevo la diferencia.

Esta vez, sin embargo, el Madrid no iba permitir que el rival se le subiera a las barbas. Con Ceballos ya en el campo, y con Vinicius cerca de él, llegó el quinto. Dribó el sevillano con una cola de vaca con la que se quitó de en medio a los rivales y cuando se preparaba para golpear con la zurda, apareció el brasileño para hacerlo con la diestra de rosca y firmar la manita

¿Había acabado esto con el 5-2? Pues no, porque una pérdida de Camavinga desembocó en otro gol de Vietto, a puerta vacía este tras un reverso sensacional. 5-3 y un cuarto de hora por delante. Y dos minutos después, Marega perdonó el cuarto cuando era más fácil meterlo que fallarlo. Ahí estuvo la final. 

Vietto marcó un doblete, pero no lo celebró
Vietto marcó un doblete, pero no lo celebróAFP

Después de eso, ya no hubo más sustos. Incluso Asensio y Rodrygo rozaron el sexto, mas el marcador ya estaba sellado y el título de campeón del mundo era propiedad del Real Madrid

 

Jugador Flashscore del partido: Vinicius (Real Madrid).

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