El futuro de Jorge Sampaoli pende de un hilo. La dolorosa goleada que sufrió el Sevilla por 6-1 en manos del Atlético de Madrid reflejó una durísima realidad: las heridas derivadas del pésimo arranque, de la destitución de Julen Lopetegui y de la fractura entre la plantilla y Monchi no han cicatrizado. 

El etrenador argentino, que dejó un exitoso proceso en el Marsella para aceptar una segunda etapa en el banquillo del Ramón Sánchez Pizjuán, no ha estado acompañado por los números. La clasificación para la Champions League es, en la actualidad, una químera para el Sevilla. Europa, incluso, se encuentra lejos de las posibilidades. 

La goleada recibida en el Metropolitano genera crispación en la hinchada hispalense. Sampaoli, pese a cocer algunas suturas en la defena del Sevilla, no ha concretado un sistema que brinde garantías y la afición, en ese contexto, pide su cabeza.

"Muchas veces, para un entrenador, trasladar una idea global puede tardar tiempo o no pasar nunca", dijo Marcos Acuña (31) después del partido. Las declaraciones obedecen a dos circunstancias: una, la viable descontento de la plantilla. Dos, la no comprensión de los planteamientos instalados por Sampaoli. 

Existe un obstáculo que no dejará que la salida de Sampaoli sea fácil. Una millonaria indemnización, al parecer, impide que la directiva del Sevilla rompa con agilidad el vínculo con el entrenador. Se desconoce el importe que tendría que pagar el club hispalense. El valor, como suele ocurrir en este tipo de contratos, sería elevado.