La dirección del desafío quedó clara desde el principio: tras diez minutos sin acciones reseñables, los hombres de Inzaghi se encendieron, ganando balones y metros en el campo. En el minuto 10 fue Federico Dimarco (25), sorprendente titular en la alineación de Simone Inzaghi, quien deshizo el empate con un gran zurdazo inspirado en la asistencia de Nicolò Barella (25).

Diez minutos más, el Inter ya había doblado el marcador, aprovechándose de un Milan totalmente hundido, atascado por una defensa imprecisa y desatenta. Esta vez fue Edin Dzeko (36), autor de otra brillante actuación, quien perforó la defensa de los hombres de Pioli. El bosnio capturó un balón servido por Alessandro Bastoni en un libre directo desde su propio campo, burló a Sandro Tonali y lo depositó en la red. Un doblete que pareció valer la capitulación definitiva de los rossoneri, incapaces de seguir el ritmo de su rival en Riad. 

El descanso, sin embargo, revitalizó a los rossoneri, que reaccionaron al dominio de sus vecinos con coraje y ganas de darle la vuelta al partido. Una respuesta decisiva, pero insuficiente. Mientras los atacantes de Pioli se esforzaban por encontrar soluciones ofensivas eficaces y espacios para atacar, Lautaro Martínez (25) no desaprovechó la ocasión que le brindó otro torpe error de Fikayo Tomori (25), que atraviesa un periodo difícil en cuanto a rendimiento. El argentino se zafó de la defensa inglesa y, cara a cara con Tatarusanu, no falló, sellando el 3-0 definitivo.

El gol, que llegó en el minuto 77, dio efectivamente el pistoletazo de salida a la celebración de los nerazzurri, aunque el Milan trató no obstante de hacer menos pesado el resultado intentando, hasta el último minuto, marcar al menos el gol del honor. La defensa y el centro del campo nerazzurri, sin embargo, no estuvieron desprevenidos y cortaron de raíz casi todas las iniciativas del rival. En el minuto 90, Simone Inzaghi pudo celebrar un resultado claro que nunca estuvo en discusión desde el primer minuto.