La pelea por la permanencia es igual o más atractiva que la disputa por el título. En sí, el equipo que consigue escapar del fondo de la tabla festeja su logro como si este fuese un trofeo más. Este sábado, el Cádiz ha dejado escapar una oportunidad clave en esa pelea: empató 1-1 con un Almería desconcertado que, ante la presión que supone ejercer la localía, por poco sufre un varapalo casi letal.
La primera parte del encuentro puede definirse en una sentencia: no hubo un dominador claro. La intensidad, la constante distribución de la pelota en el mediocampo y la tensión ocasionaron que las opciones de riesgo se hicieran esperar.
El amanecer del encuentro fue de conocimiento. Ni el Almería se arriesgó a buscar el arco de David Gil, ni el Cádiz se esforzó para inquietar la portería resguardada por Fernando Martínez.
Quizás, el peligro inminente que supone ceder terreno ante un rival directo por la permanencia indujo a los protagonistas del partido a mantener cierto grado de respeto. Era mejor cerrar el arco en cero en los primeros 45 minutos antes que recibir una sorpresa que añadiera más presión de la existente.
La acción más clara para el Cádiz ocurrió gracias a Bongonda. El medio, tras una caída, forzó un penalti. El equipo de Sergio González vio la luz pero el VAR, experto en oscurecer las efímeras ilusiones, revisó la secuencia y la anuló -la decisión fue justa-. Bongonda, precisamente, también había tenido la primera del encuentro con un disparo que forzó a Martínez a lucirse sobre el minuto 27.
La Almería, pese a ejercer de local, aguantó antes de acercarse al arco del Cádiz. Luis Suárez generó la primera alternativa indálica en el minuto 35. Un remate al larguero, en el minuto 45, por poco decanta el marcador a favor de los locales. La madera, sin embargo, salvó a los cadistas, que rescataron un valioso 0-0 antes del descanso.
Tras el descanso, el partido fue una película diferente: mientras que en la primera parte las acciones de riesgo se hicieron esperar, en la segunda el Cádiz pisó con fuerza y se adelantó en el minuto 48.
Roger envió el balón al fondo de la red cuando completó un remate que, con ayuda de Babic, dejó sin capacidad de reacción a Fernando Martínez. Las gradas del estadio de los Juegos Mediterráneos reaccionaron con rapidez: indujeron a través de aplausos y de vítores a los suyos a buscar la igualdad.
El gol, sin embargo, ocasionó que la Almeria quedase muy tocada. El ánimo de los jugadores cayó en picada. El Cádiz, que conoce a la perfección cómo defenderse sin la pelota, se resguardó en su área y limitó al máximo la profundidad de los locales.
El partido fue manejado por el Cádiz hasta el minuto 80. En el tramo final, el Almería consiguió lo que no había encontrado en todo el encuentro: inquietar con consistencia a la portería de David Gil. Los cadistas, que en el primer tiempo festejaron el decreto de un penalti, fueron víctimas de su propia medicina: en el minuto 95, Mbaye metió la pierna con fuerza desmedida. La acción derribó a Luis Suárez. Martínez Munera consciente del riesgo, vio la falta.
Gonzalo Melero marcó en el minuto 90+6. Engañó a David Gil, que se estiró hacia el costado contrario del cobro y festejó por todo lo alto un gol que deja al Almería en pie pero con respiración artificial. Ceder puntos en casa es riesgoso, pero sumar, así sea un empate, es favorable en la ajustada batalla por el descenso.
El Cádiz queda en la posición número 14 de LaLiga con 28 puntos, producto de 6 victorias 10 empates y 10 derrotas. El Almería, por su parte, se hunde en el escaño 17 º con un saldo de 7 victorias, 5 empates y 13 derrotas.
Jugador del partido Flashscore: Gonzalo Melero