La derrota de River ante el Palmeiras volvió a dejar heridas abiertas en la Copa Libertadores. El equipo de Marcelo Gallardo quedó eliminado en cuartos de final con un global de 5-2, y la reacción de los hinchas que viajaron a Brasil no se hizo esperar.
El partido y la ilusión que duró poco
En el Allianz Parque, River soñó con la remontada tras el gol tempranero de Maximiliano Salas. Sin embargo, la jerarquía del local terminó imponiéndose y sentenció la serie a su favor. El Millonario mostró intensidad en la primera mitad, pero no logró sostener el ritmo y fue superado en el complemento.
El descontento de los hinchas
Unos 2.000 simpatizantes del Millonario coparon el estadio paulista con la ilusión de dar el golpe. Sin embargo, al final del encuentro, lo que prevaleció fue la bronca. El plantel, que no se acercó a saludar a la tribuna, encendió aún más la furia de los fanáticos.
Desde las tribunas bajó un cántico cargado de reproches: "A ver si nos entendemos, los jugadores y la popular: ustedes mátense en la cancha, que acá en la tribuna los vamos a alentar... Pongan más huevo, pongan más corazón...". Una canción que revive en los momentos más oscuros de River y que volvió a escucharse con fuerza en San Pablo.
Gallardo, la estatua y la paciencia agotada
El final del encuentro estuvo marcado por discusiones entre jugadores de River y el árbitro Andrés Matonte, con la intervención de Gallardo para frenar el tumulto. Pero la verdadera señal de alarma llegó desde las tribunas.
Aun con el técnico erigido como estatua viviente en Núñez, los hinchas comienzan a perder la paciencia. Desde 2019, el club acumula 17 eliminaciones en torneos nacionales e internacionales antes de alcanzar una final (sin contar las ligas locales de 2021 y 2023).
Lo que viene para River
El golpe en la Copa Libertadores se suma a una seguidilla de frustraciones que ponen al plantel y al cuerpo técnico en el centro de la tormenta. Mientras la hinchada reclama más compromiso y entrega, el desafío inmediato será reconstruir la confianza y volver a competir con la obligación de estar a la altura de la historia del club.