Pero una carrera seria a un alto cargo parece fantasiosa, dicen los analistas, citando su reputación manchada, puntos de vista extremos y la naturaleza del sistema político de Irlanda.
La exestrella de la Ultimate Fighting Championship (UFC), de 36 años, a quien Trump llamó su irlandés favorito, se reunió el lunes con el mandatario estadounidense durante una visita a la Casa Blanca con motivo del Día de San Patricio.
McGregor posó para una foto con su brazo alrededor del hombro de Trump mientras el presidente se sentaba en su escritorio en el Despacho Oval, y para otra con el magnate tecnológico y poderoso asesor de Trump Elon Musk.
Musk, multimillonario de Tesla y SpaceX, apoyó anteriormente al dublinés de cabeza rapada cuando habló en el pasado de una posible candidatura presidencial en Irlanda.
Elon se ha pronunciado recientemente en apoyo de varios partidos antiinmigración en Europa.

Durante una rueda de prensa, McGregor, que llevaba una gorra verde de "Make Ireland Great Again" (Hagamos a Irlanda grande de nuevo), arremetió contra la "inmigración ilegal" en Irlanda.
Sus comentarios le valieron la rápida respuesta del primer ministro irlandés, Micheal Martin, que también se reunió con Trump la semana pasada en la Casa Blanca y recibió una reprimenda por el comercio.
"Los comentarios de Conor McGregor son erróneos y no reflejan el espíritu del Día de San Patricio ni las opiniones del pueblo de Irlanda", publicó el primer ministro en X.
Pocas posibilidades
Es poco probable que sus ambiciones a la presidencia irlandesa -un cargo simbólico sin poder ejecutivo, a diferencia de Estados Unidos- fructifiquen, según Gail McElroy, profesora de política del Trinity College de Dublín.
El proceso de nominación, que requiere el apoyo de 20 miembros del Parlamento o de cuatro autoridades locales, es una "barrera real" para el controvertido púgil.
"Los políticos electos son los guardianes de la presidencia en Irlanda, y el dinero también juega un papel mucho menos importante aquí", declaró a la AFP.
Incluso si consiguiera ser nominado, Conor, con su reputación salpicada de escándalos, probablemente se quedaría muy lejos de la elección.
"Hay, por supuesto, votantes irlandeses que comparten los puntos de vista de McGregor y le apoyarían, pero no el número necesario para ser elegido presidente", dijo.