El idilio de Novak Djokovic con Australia no parece tener fin. El serbio llegará a su Gran Slam favorito (lo ha ganado en nueve ocasiones) con la moral por las nubes tras volver a completar un nuevo ejercicio de supervivencia al remontar en la final a Sebastian Korda para llevarse su segundo torneo de Adelaida (ya lo había ganado en 2007).
El estadounidense, el número 33 del mundo, tras lograr el primer break del partido, se puso con 5-4 y 40-0 a su favor con su saque, pero el europeo, quinto en el ranking de la ATP, avanzó lo que iba a acabar sucediendo más tarde remontando y llevando el parcial al juego de desempate, donde Korda tuvo otras cuatro bolas de set para acabar dando la sorpresa adelantándose en el partido y obligando al serbio a hacer lo que mejor se le da: sobrevivir.
Porque, pese a no poder concretar las dos opciones de rotura de las que dispuso al principio de la segunda manga, Djokovic tuvo que tener la sangre fría para, sacando con 6-5 en contra y bola de partido de su adversario, superar el escollo gracias a, posiblemente, su peor golpe (el smash) y volver a acabar enviando el set al tie-break, donde ahí no tuvo problemas para forzar el parcial definitivo.
Con la inercia a su favor por fin, el tercer set no tuvo tanto drama. Djokovic hizo de su saque un arma letal ganando 21 de 25 puntos cuando servía y le valió con ganar una de las tres bolas de break que tuvo para, tras tres horas y 11 minutos de final maratoniana, coronarse una vez más en tierras australianas, donde ha ganado 11 de los 92 títulos con los que igualó a Rafa Nadal como cuartos tenistas más laureados de la historia. Por delante tienen a Ivan Lendl, con 94, y más alejados están Roger Federer, que ganó 103, y Jimmy Connors, que logró 109 a lo largo de su carrera.