Cuando Novak Djokovic (35) activa el modo apisonadora es muy difícil de parar. Pese a que afronta sus últimos años como profesional, está demostrando que su nivel es inalcanzable ahora para el resto de humanos, aunque todavía tendrá una última prueba antes de conseguir, si es que consigue batir al griego, su Grand Slam número 22, la misma cifra que ostenta Rafa Nadal hasta la fecha.
No tenía un partido sencillo por delante porque Tommy Paul (25) ha empezado el año a gran nivel y ha cerrado el mes de enero con seis victorias y dos derrotas. Por el camino había dejado a dos compatriotas, a dos españoles y a un alemán. Este último, Jan-Lennard Struff, fue su primera víctima y Ben Shelton, la gran revelación del torneo, la última. El duelo más complicado de todos, el único que ganó en cinco sets, fue contra Alejandro Davidovich, quien llegó a gozar de una ventaja de 2-1.
Djokovic hizo bueno su saque en la manga inaugural puesto que consiguió siete aces. Tuvo que salvar dos bolas de break en el primer juego y se lo rompió a su oponente en el siguiente (2-0). Volvió a conseguirlo después, se puso 5-1 y tuvo una oportunidad para ganar el set y así cerrarlo en alrededor de media hora, pero llegó la sorpresa con dos pérdidas de servicio consecutivas que permitieron la igualada (5-5). Sin embargo, cuando se empezaba a masticar el tie break, sacó su mejor versión y reventó las ilusiones de Paul.
Y superado el susto...
Después de sufrir muchísimo más de lo esperado y tener que trabajar durante 60 minutos de reloj para apuntarse el primer tanto, el serbio firmó el 2-0 con mucha más solvencia y poco más de la mitad de tiempo. Antes de ganar, ahora sí, por 6-1 tuvo que salvar tres pelotas cuando servía que hubieran convertido el amplio y cómodo 3-0 en un molesto y tenso 2-1.
No mucho más complicado fue el tercero y último. Prueba de ello es que logró una ventaja de cuatro juegos en prácticamente media hora. Todo fue coser y cantar para Nole, quien se impuso por 6-2 y pudo certificar un triunfo que lo coloca en una nueva final del Open de Australia, exactamente 10 años después de ganar su cuarto título en el prestigioso torneo que abre cada calendario del mejor tenis mundial.
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