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Día Mundial del Teatro: Los mejores 'piscinazos' y celebraciones icónicas en el fútbol

Los mejores 'piscinazos' y simulaciones de la historia del fútbol.
Los mejores 'piscinazos' y simulaciones de la historia del fútbol.GABRIEL BOUYS / AFP / AFP / Profimedia
El próximo jueves 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro. Lo normal sería pensar en escribir acerca de las mejores obras de teatro sobre comedia, farsa, melodrama o tragicomedia, pero esto es Flashscore y, a lo largo de nuestra trayectoria como amantes del deporte, hemos visto actuaciones teatrales en el fútbol dignas de ser galardonadas con el Premio Molière a la mejor obra. A continuación, repasamos las mayores simulaciones, piscinazos, celebraciones locas y actuaciones teatrales vistas en un terreno de juego.

Este 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro, fecha que nos invita a reflexionar sobre el arte escénico y sus múltiples facetas. Sin embargo, desde el universo deportivo, especialmente en el fútbol, también hemos sido testigos de auténticas representaciones teatrales dignas de los más grandes escenarios. En lugar de limitarnos a las clásicas comedias o tragedias, en esta ocasión nos adentramos en las mejores actuaciones que han dejado huella en un campo de fútbol: simulaciones, piscinazos, celebraciones desmesuradas y momentos que podrían haber sido reconocidos con un Premio Molière

El VAR, que fue introducido con la intención de dar más justicia y precisión a las decisiones arbitrales, ha tenido un impacto directo en la capacidad de los jugadores para sacar partido de las simulaciones. Antes de su llegada, la habilidad para engañar al árbitro era casi un arte en sí misma, con algunos futbolistas perfeccionando el teatro en el campo para ganar ventajas en jugadas clave. Sin embargo, con la supervisión de las imágenes y la posibilidad de revisar cada incidente en tiempo real, las simulaciones han perdido gran parte de su efectividad. El VAR ha hecho que los jugadores piensen dos veces antes de "caer" con tanta facilidad, ya que ahora las decisiones son más precisas y los castigos, como las tarjetas amarillas por intento de engañar, son más frecuentes. Aunque el fútbol sigue siendo un espacio donde la creatividad y la estrategia juegan un papel importante, el VAR ha sido un aliado en la lucha contra la teatralidad excesiva.

A continuación, repasamos las jugadas más dramáticas y teatrales que hemos visto en el deporte rey:

Los mayores 'piscinazos' de la historía reciente del fútbol

Arrancamos por uno que pasará a la historia del fútbol. El martes 24 de junio de 2014, en el Estadio Das Dunas de Recife, Uruguay se enfrentó a Italia. A pocos minutos del final del partido, Luis Suárez chocó con Giorgio Chiellini y clavó sus dientes por breves instantes en la espalda del italiano. Pero el tema no queda ahí: el uruguayo fingió un codazo o algo por el estilo y se llevó las manos a la boca simulando haber recibido un fuerte golpe por parte del defensa. Teatro del bueno. 

Continuamos con jugadores que han pasado por LaLiga. Situémonos en el Santiago Bernabéu en la temporada 2014/2015. El Real Madrid recibe al Celta de Vigo y, en una jugada aislada, el colegiado decide señalar penalti en esta acción de Cristiano Ronaldo sin que absolutamente nadie lo toque. Atención a las imágenes:

Hasta el propio club vigués tiró de ironía años más tarde... ¡en el día Mundial del Teatro!

Todos recordamos la zurda de Arjen Robben. Siempre hacía lo mismo, y siempre le salía bien. Recorte hacia dentro para luego buscar el palo lejano con un disparo potente, con efecto y con la zurda. Qué jugador. 

Pero lo que muchos recordarán, especialmente los mexicanos, será el histórico 'piscinazo' del neerlandés en los octavos de final del Mundial de 2014 ante México. Atención a la jugada que decidió el partido: 

Años más tarde, el propio extremo admitió que había simulado claramente el penalti y pidió disculpas. Como mínimo, tuvo la honradez de pedir perdón. Aun así, intentó volver a confundir al colegiado, esta vez en Bundesliga y sin el mismo resultado...

Vamos con las tres últimas simulaciones. En la primera de ellas, sobran las palabras. En el 2011, Bryan Carrasco protagonizó una de las simulaciones más insólitas en la historia del fútbol. Durante un partido entre Chile y Ecuador en un partido entre selecciones sub-20, el jugador chileno cogió la mano de su rival y, en un acto de puro ingenio (o descaro), la usó para golpearse a sí mismo, fingiendo una agresión. El árbitro compró la actuación y sancionó la falta. Sin duda, una jugada digna de un premio, aunque quizá más en el cine que en la cancha.

Las dos últimas son parecidas... a ver con cuál os quedáis. 

Con David Luiz, la imprevisibilidad está siempre garantizada. Capaz de una genialidad o de un error garrafal, su talento para fingir faltas tampoco se queda atrás. En 2014, frente al Manchester United, protagonizó una de sus mejores actuaciones: tras un golpe de Rafael, salió despedido como si le hubieran derribado con brutalidad. Resultado: roja para su compatriota. Pero las cámaras no perdonan, y revelaron la exageración del central del Chelsea. Para rematar, mientras el caos se desataba en el campo, él yacía en el suelo… riéndose de la situación.

Si hay una jugada que define el arte del "troleo" en el fútbol, esa es la de Sergio Busquets en la semifinal de Champions entre el Barça de Guardiola y el Inter de Mourinho. Tras un contacto, el mediocentro culé cayó al suelo con dramatismo, cubriéndose el rostro como si hubiera recibido un golpe brutal. Pero las cámaras captaron el momento clave: entre sus dedos entreabiertos, asomó disimuladamente para comprobar si su actuación había surtido efecto y su rival veía la roja. La escena fue tan icónica que, año tras año, el hashtag #FelicidadesBusquets se ha convertido en tendencia en Twitter cada Día Mundial del Teatro.

El fútbol nos ha regalado goles inolvidables, jugadas maestras y… piscinazos dignos de un premio Oscar. Desde Suárez convirtiéndose en Drácula y luego en víctima, hasta Cristiano cayendo sin contacto en el Bernabéu con la convicción de un actor de método. En el fútbol, hay magia, emoción y, claro, mucho teatro.

Las celebraciones de gol más icónicas del fútbol moderno

El fútbol y el teatro comparten más de lo que parece, y no sólo por los piscinazos dignos de un Oscar. Las celebraciones de gol también son puro espectáculo, una puesta en escena donde los jugadores se convierten en actores y el césped en su escenario. Desde la arrogancia de Balotelli con su Why always me?, hasta Cristiano y su emblemático "¡Siuuu!", cada festejo es una interpretación única. Algunos van por el drama, como Messi exhibiendo su camiseta en el Bernabéu, otros por la comedia, como Griezmann y su baile de Fortnite. Y luego están los que buscan el clímax emocional, como Totti sacándose un selfie o Haaland entrando en trance con su meditación. En el fútbol, marcar es importante, pero hacerlo con una celebración digna de Broadway… eso es otra historia.

A continuación, repasemos las celebraciones de gol más icónicas de la historia reciente del fútbol

​El 25 de septiembre de 2005, durante un partido entre el Real Madrid y el Deportivo Alavés en Mendizorroza, Ronaldo Nazário anotó un gol que él, junto a sus compatriotas Robinho y Roberto Carlos, celebraron de manera inusual. Los tres brasileños se tumbaron boca arriba sobre el césped, moviendo las piernas y brazos en el aire, imitando a una cucaracha patas arriba. Esta peculiar celebración, conocida como "la cucaracha", generó controversia y fue criticada por considerarse una falta de respeto hacia el equipo rival y su afición.

​Hablando de celebraciones icónicas, esta se lleva la guinda del pastel. El 13 de octubre de 1999, en un vibrante Clásico en el Camp Nou, Raúl González Blanco dejó una imagen para la historia. Con 2-1 a favor del Barcelona y el tiempo agotándose, el eterno '7' del Real Madrid recibió un pase de Savio y, con su característico temple, picó el balón sobre el portero Ruud Hesp, anotando el empate en el minuto 86. Lo que vino después quedó grabado en la memoria de los aficionados: Raúl, desafiando a los miles de culés presentes, llevó su dedo índice a los labios, mandando callar al Camp Nou. Este gesto audaz se convirtió en una de las celebraciones más icónicas de los Clásicos, simbolizando la pasión y rivalidad que define estos encuentros. 

​En octubre de 2010, un joven Antoine Griezmann, vistiendo la camiseta de la Real Sociedad, decidió que marcar su primer gol en Primera División merecía una celebración a lo grande. Tras anotar contra el Deportivo de La Coruña, no se conformó con los típicos saltos y abrazos. No, él tenía un plan más original: corrió hacia un coche publicitario estacionado en la pista de atletismo de Anoeta, se subió al asiento del conductor y comenzó a "conducir" con entusiasmo, mientras sus compañeros se unían al improvisado viaje. Esta peculiar escena, mezcla de alegría juvenil y desparpajo, quedó grabada como una de las celebraciones más pintorescas del fútbol español.

​Pierre-Emerick Aubameyang, el delantero gabonés con alma de niño travieso, ha convertido sus goles en auténticos espectáculos de carnaval. Tras perforar las redes, no se conforma con el clásico puño en alto; él prefiere transformarse en superhéroe. Desde Spider-Man hasta Black Panther, pasando por Iron Man y hasta el mismísimo Batman, su repertorio de máscaras es más variado que una tienda de disfraces en Halloween. Una vez, incluso, se atrevió con una esfera del dragón y una teletransportación al estilo "Dragon Ball".

Eso sí, no todos comparten su entusiasmo por las celebracioens tras goles; Toni Kroos opinó que tales festejos son "una tontería", a lo que Aubameyang, con su habitual chispa, le deseó que algún día tuviera hijos para que pudieran disfrutar de sus ocurrencias. En resumen, si el fútbol fuera un escenario, Pierre-Emerick sería el protagonista de una comedia de enredos, siempre listo para sorprendernos con su próxima performance.​