El Gran Premio de Emilia-Romaña parecía el comienzo de un nuevo capítulo en la temporada 2025 de Fórmula 1. Las líneas de batalla se habían trazado en las primeras rondas de la campaña y ahora el circo se dirigía a Europa, donde esas batallas comenzarían de verdad.
Aunque es emocionante adentrarse en lo desconocido al comienzo de una temporada, siempre disfruto llegando a esta fase, en la que el orden jerárquico se ha establecido en gran medida, los pilotos se sienten más cómodos con su maquinaria y las narrativas del año comienzan a emerger realmente.
Este fue el caso de Imola, y estas son mis principales conclusiones.
Nueva vida, mismo Verstappen
A menudo se dice que los pilotos de Fórmula 1 se ralentizan cuando se convierten en padres, ya que están ligeramente menos dispuestos a asumir riesgos con un hijo en el que pensar. "Sabía que iba a frenar, tiene mujer y dos hijos en casa", dijo Fernando Alonso hace 20 años, tras una audaz maniobra sobre Michael Schumacher en Japón. Pero si eso es una regla, Max Verstappen puede ser la excepción.
El holandés fue padre por primera vez justo antes del Gran Premio de Miami y no disfrutó de su mejor carrera en Florida, pero le bastó precisamente una curva en Imola para dejar bien claro que el nacimiento de su hija Lily no va a hacer que su conducción sea ni más segura ni más lenta.
Saliendo en P2, no salió especialmente bien y parecía en peligro de ser adelantado por George Russell, pero de la nada se puso en cabeza de carrera, frenando tarde y volando por el exterior de Oscar Piastri en una de las maniobras más valientes y emocionantes que he visto en mucho tiempo.
Llevó tanta velocidad a la curva que por un momento estuve convencido de que se iría directo a la grava, y me quedé literalmente boquiabierto cuando se coló por el más pequeño de los huecos entre Piastri y la grava para hacerse con un liderato que nunca pareció abandonar, tal fue su ritmo durante el resto del día.
Sólo él ha sido tan intrépido como para intentar este tipo de maniobras en el pasado, y está claro que seguirá siéndolo en el futuro, lo cual es una gran noticia para el deporte y una mala para sus rivales.
Los tifosi disfrutan de la Hammer
Al igual que el resto de la temporada, la primera carrera en casa de Ferrari en 2025 parecía que iba a ser una gran decepción cuando Charles Leclerc y Lewis Hamilton se clasificaron en las posiciones P11 y P12 en Imola. Sin embargo, un día después, los Tifosi abandonaron el circuito con muchos motivos para estar contentos después de estar finalmente en el lado correcto del tiempo Hammer.
La frase, que significa que Lewis Hamilton pisa el acelerador a fondo, infundió miedo en los corazones de los fieles seguidores de Ferrari una y otra vez durante la etapa del siete veces campeón del mundo en Mercedes, pero ese miedo fue sustituido por alegría el domingo, cuando le vieron abrirse paso entre los demás con sus propios colores.
Fue rápido desde el inicio de la carrera, manteniendo el ritmo y adelantando al Mercedes de Kimi Antonelli antes de que un Safety Car jugara a su favor y le permitiera acercarse a los cinco primeros con neumáticos más frescos que los que le precedían. En las nueve vueltas siguientes, superó a George Russell, Alex Albon y Leclerc para asegurarse su mejor resultado de la temporada en un Gran Premio.
Puede que haya sido la suerte más que nada lo que le hizo superar a su compañero de equipo, pero Hamilton aún tenía mucho trabajo por hacer y lo hizo de forma excelente, mostrándose cómodo en su coche por primera vez desde la segunda ronda en China.
Aunque ganó una carrera al sprint en Shanghai, es la carrera que acaba de terminar la que será el punto culminante de su carrera en Ferrari hasta el momento. Todos los hombres que han pilotado para la escudería han hablado de lo especial que es recibir la adoración de los tifosi, y él lo ha sentido ahora.
Ferrari es un equipo emotivo y pilotar para ellos es una experiencia emotiva". Estaba frustrado en el mejor de los casos y furioso en el peor por la radio del equipo en Miami, pero sonaba más optimista y emocionado que en mucho, mucho tiempo en esa misma radio en Imola, y ese subidón probablemente valga la pena por los bajones.
Hadjar llama la atención
La carrera de Hamilton podría haber sido aún mejor si no hubiera sido por Isack Hadjar, que realmente llamó la atención al mantener a raya a Antonelli y Hamilton durante mucho tiempo antes de sumar finalmente dos merecidos puntos.
El debutante francés demostró un ritmo impresionante para meterse en la Q3 y mantenerse por delante de dos coches mucho más rápidos durante gran parte de la carrera, y una gran compostura para conservar la P9 en las últimas vueltas, cuando el Coche de Seguridad agrupó al pelotón.
Ni el sábado ni el domingo su compañero de equipo Liam Lawson se acercó al top 10, por lo que Hadjar se está consolidando como el piloto líder del equipo hermano de Red Bull, algo que Christian Horner y Helmut Marko sin duda habrán tenido en cuenta, especialmente después de que Yuki Tsunoda se cayera en la sesión de clasificación y terminara justo detrás del francés.
Se podría achacar el dominio de Hadjar sobre Lawson a que este último sufrió una crisis de confianza tras ser descartado por Red Bull, pero el primero también estaba plantando cara a Tsunoda antes de ese cambio.
El propio Tsunoda está demostrando que ser rápido en el Racing Bull no significa necesariamente que lo vayas a ser en el Red Bull, pero si los dos pilotos siguen rindiendo como lo hicieron en Imola, no descartes otro intercambio antes del final de la temporada.
