El Gran Premio de China no fue la carrera más emocionante, sobre todo si la comparamos con la que abrió la temporada en Melbourne, pero el fin de semana me hizo estar aún más ilusionado con el año que viene que antes.
En la carrera esprint, en la larga y en sus respectivas sesiones de clasificación, cuatro equipos y cinco pilotos diferentes se han sentado en la primera fila, y nueve de los 10 constructores ya han puntuado. Parece la parrilla más apretada y competitiva en mucho tiempo.
La única salvedad es que McLaren parece tener una diferencia decente con el resto de la parrilla, pero después de lo que pasó en Shanghái, estoy bastante seguro de que podemos seguir viendo una gran lucha por el título aunque siga siendo así.
Piastri entra en escena
El temor de cara a 2025 era que McLaren dominara y Lando Norris se alzara con el título, con Oscar Piastri en un segundo plano, como hizo la mayor parte del año pasado. En China, sin embargo, el australiano demostró que está preparado para plantar cara a su compañero de equipo.
No sólo venció a Norris, sino que lo dominó. Fue medio segundo más rápido en la calificación para la carrera esprint, terminó seis puestos y 17 segundos por delante en esa carrera, consiguió la pole para el evento principal con el británico 0.151s más lento y luego ganó con facilidad el domingo, liderando de principio a fin.
Es cierto que Norris tuvo problemas de frenos hacia el final de la carrera que le hicieron perder mucho tiempo, pero ya antes de eso estaba luchando por presionar a Piastri, y el líder de la carrera respondía cada vez que el británico recortaba distancias.
También Piastri se sintió muy cómodo al ver alejarse al resto del pelotón, parecía como si apenas hubiera sudado cuando habló por la radio del equipo y se bajó del coche después de la carrera, como si ésta fuera la última de las muchas victorias de Fórmula 1 que ha conseguido y no sólo la tercera.
Por su parte, Norris sigue luchando por mantener la calma en situaciones de alta presión, dejando que el estrés y los nervios le afecten y a veces dificulten su pilotaje. Sigue siendo el favorito al título, pero si Piastri le somete a tanta presión, podrían empezar a aparecer grietas y podríamos tener la primera lucha por el título dentro de un mismo equipo desde que Nico Rosberg se impuso a Lewis Hamilton hace nueve años.
Un día de ensueño y un día de desastre
Qué diferencia hay entre un día y otro.
Tras una primera carrera decepcionante en Australia, Hamilton dio el pistoletazo de salida a su carrera en Ferrari con un sensacional inicio de fin de semana en Shanghái, adjudicándose su primera victoria de rojo al imponerse desde la pole position en la carrera al esprint.
Parecía el principio de un cuento de hadas. El siete veces campeón del mundo había superado a su compañero de equipo, Charles Leclerc, posiblemente el mejor clasificado de la parrilla, y luego se había deshecho de su vieja némesis Max Verstappen en la carrera. Hamilton estaba de vuelta. Ferrari estaba de vuelta. El piloto más condecorado de la historia y el equipo más condecorado de la historia habían congeniado. ¿Quién podía pararlos ahora?
Bueno, eso se respondió solo un día después cuando esta fuerza aparentemente imparable entró en contacto con el más inamovible de los objetos: el botón de autodestrucción de Ferrari.
Primero, tomaron la inexplicable decisión de cambiar radicalmente la puesta a punto del coche que acababa de terminar primero en la clasificación al esprint y en la carrera que le siguió, y Hamilton se clasificó en quinta posición como resultado. Y entonces, después de que Leclerc y el británico llegaran a casa en P5 y P6 respectivamente, se descubrió que dichos reglajes también eran ilegales, provocando la descalificación de ambos pilotos.
El coche de Leclerc tenía un peso inferior al normal debido a que los neumáticos estaban demasiado gastados, mientras que el de Hamilton tenía un desgaste excesivo de la plancha de derrape debido a que la altura de pilotaje era demasiado baja. Ambos son problemas que un equipo como Ferrari debería evitar, y aunque se puede perdonar a un equipo por este tipo de errores, si ocurren una vez cada dos por tres, la Scuderia se autosabotea una y otra vez.
Hamilton ha acumulado más logros históricos que ningún otro piloto en la historia del deporte, pero convertir este equipo en una máquina de ganar bien engrasada como hizo en Mercedes estaría a la altura de los más grandes.
Con Lawson languideciendo, es hora de que Red Bull se lo replantee
El único consuelo para Ferrari es que no están demasiado lejos de Red Bull en la clasificación, y tienen que agradecérselo a un hombre.
Todo el mundo sabía que Liam Lawson iba a pasar apuros en su primera temporada completa en la parrilla -hay pocos trabajos más duros en el deporte que ser el compañero de equipo de Max Verstappen-, pero ni siquiera sus mayores escépticos habrían esperado que estuviera en la cola de la clasificación.
El neozelandés terminó en lo más bajo en las dos sesiones de clasificación en China y no estuvo cerca de luchar por entrar en los puntos en ninguna de las carreras, en su lugar luchó con los de atrás. Fue un fin de semana en el que, en comparación, Sergio Pérez, sustituido por Lawson debido a su pobre rendimiento la temporada pasada, pareció la reencarnación de Ayrton Senna.
Tan pobre fue que ahora se ha informado ampliamente de que Red Bull está pensando en sustituir a Lawson por Yuki Tsunoda para la próxima carrera, pero aunque creo que sería la decisión correcta, ya que Tsunoda debería haber recibido el visto bueno en primer lugar, Red Bull necesita cambiar mucho más que a sus pilotos.
Lawson es el cuarto piloto consecutivo que ha luchado enormemente para adaptar su estilo de conducción a un coche que se adapta al de Verstappen, así que es hora de hacer que Verstappen se adapte en su lugar. Es indiscutiblemente más talentoso que cualquiera que pongan a su lado y por lo tanto va a ser mucho más capaz de adaptarse.
Cuando desarrollen el coche, cuando introduzcan mejoras, céntrense en lo que haría que Lawson o Tsunoda o quienquiera que sea el compañero de equipo de Verstappen se sienta más cómodo en lugar de en lo que sacaría lo mejor del campeón del mundo. Eso quizá haría al neerlandés ligeramente más lento al principio, pero no le llevaría demasiado tiempo adaptarse y, a la larga, reportaría muchos más puntos al equipo.
El problema con este enfoque es que se arriesgaría a molestar a Verstappen en un momento en el que su futuro con el equipo es incierto, pero puede ser un riesgo que merezca la pena asumir dado que es probable que terminen la temporada sin títulos y en cuarto lugar en la clasificación por equipos si su segundo piloto no puede rendir.
