Aunque, realmente, de poco o nada puede servir para la carrera sin conocer la carga de combustible que llevaba el Ferrari del monegasco. Lo que sí es seguro es que su ritmo a una vuelta, para la clasificación, es buenísimo. Y que parecen en Maranello haber dado con la clave para no desgastar tanto como el año pasado los neumáticos. 

Lo que también será bueno para un Carlos Sainz que en este viernes se ha quedado un poco más descolgado, sin querer mostrar, o eso parece, todas las cartas que ya enseñó los dos días anteriores. El madrileño, que busca asiento para 2025, quedó noveno, con un compuesto más duro que Leclerc, a nueve décimas. 

Eso sí, igual que los bólidos rojos han mejorado, también lo han hecho el resto de la clase media alta que aspira a luchar por los podios. Aston Martin, por ejemplo, a pesar del pesimismo de Fernando Alonso, ha dado un paso adelante. Otra cosa es que el resto haya dado dos. Pero tras probar con el asturiano y con Lance Stroll en tandas largas, la velocidad parece buena, el comportamiento del coche también, las gomas aguantan mejor y eso ofrece cierta seguridad. 

Las victorias, coto privado de Red Bull

Lo malo es que no parece que pueda dar para luchar por victorias. Ni a los de Silverstone ni a ninguna escudería, ni siquiera Mercedes, que con Russell acabó como el segundo más rápido con el compuesto más blando, o McLaren, que se acercó algo más que el resto a final de 2023 a Red Bull. Los del toro están que se salen. Adrian Newey ha vuelto a dar un giro de tuerca que parece haber dejado boquiabiertos al resto de sus colegas, y con Max Verstappen sin bajar el pistón, parece que el cuarto título mundial ya está vendido antes de empezar.

Tan cómodos van que incluso se han permitido el lujo de bajarse del coche antes que el resto para dar por finalizados sus tests a un cuarto de hora de que apareciera la bandera a cuadros. 

Así han quedado los tiempos de este tercer y último día de pruebas.