La acusación se dio tras el arresto semanas atrás de un alto cargo del comité organizador de los Juegos de Tokio-2020, Yasuo Mori, y otros tres, acusados de amañar una serie de licitaciones.
El presidente del grupo Dentsu, Hiroshi Igarashi, admitió a la fiscalía la responsabilidad de su empresa en los hechos, según medios locales.
Los fiscales presentaron cargos contra esa empresa y las agencias publicitarias Hakuhodo y Tokyu Agency, así como los organizadores de eventos Same Two, Cerespo y Fuji Creative Corp.
La acusación incluye también a siete ejecutivos y funcionarios, sin detallar en qué firmas trabajaban.
Las empresas y los ejecutivos "se confabularon para restringir mutuamente su actividad comercial en relación con el otorgamiento de contratos" para los eventos olímpicos, según un comunicado de la fiscalía.
Sus acciones "fueron contrarias al interés público y restringieron la competencia".
Los fiscales también investigan denuncias de que un exmiembro de la directiva de Tokio-2020, Haruyuki Takahashi, recibió dinero de empresas a cambio de acuerdos de asociación olímpicos.
Se le acusa de recibir cerca de 200 millones de yenes en sobornos de empresas, como una comercializadora de trajes, una editorial y una compañía que obtuvo la licencia para vender los peluches de las mascotas olímpicas.
Las denuncias han opacado la candidatura de Sapporo como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2030. La ciudad norteña suspendió su campaña y organizó una encuesta nacional para evaluar el apoyo a su postulación.
"Sería muy lamentable si se dieron actividades fraudulentas en las licitaciones de los Juegos de Tokio", declaró el martes a periodistas el portavoz del gobierno, Hirokazu Matsuno, ante los reportes de las nuevas acusaciones.